Limantour CDMX
Foto: Alejandra Carbajal
Foto: Alejandra Carbajal

Antros y bares en la Roma

Baile, cerveza, cocteles y lo mejor de la vida nocturna en una de las colonias con mejor espíritu de fiesta en la Ciudad de México

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La Roma es una de las colonias más interesantes de la CDMX: los restaurantes y cafés en la Roma tienen propuestas de alta gastronomía, y si buscas bien encuentras restaurantes buenos, bonitos y baratos en la Roma

Además, ir de shopping en la Roma es parte de la experiencia, ¡ofertas ilimitadas! Si cae la noche, acude a los lugares para precopear en la Roma para calentar con lo mejor de la vida nocturna.

Recomendado: Los 20 mejores bares de la CDMX.

Los mejores antros y bares en la Roma

  • Pulquerías
  • Roma
  • precio 1 de 4
  • 3 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
Este club se encontraba en República de Salvador en el Centro, pero recientemente mudó su concepto de pulquería-foro-punk a una casona de la Roma que recuerda la tradición okupa, de los tiempos en los que los punks invadían casonas abandonadas para vivir o montar salas de ensayos y hasta conciertos. Funciona con dos niveles: el primer piso, en el que hay varios cuartos para un deambular a un ritmo más relajado y que también suelen funcionar como salas de exposiciones para promover obras de artistas emergentes. La planta alta cuenta con un pequeño escenario en el que no sólo se presentan bandas de música, también es un espacio disponible para eventos culturales, presentaciones de libros, lecturas o debates. Los precios son accesibles (a veces desde los $20), la barra es famosa no sólo por las cervezas sino por la carta de curados de pulques y algunos platillos para degustar. Si bien es un lugar de raíces punk, es común escuchar secuencias de tendencia new wave, dark, mucho postpunk, industrial y gótico. Son muy alivianados para complacer a los asistentes siempre y cuando los géneros musicales sean primos cercanos. Quizá los baños se pasen de punk, pero bueno, es parte de la experiencia.
  • Bares de vino
  • Roma
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
Llega una nueva propuesta para los que nos gusta tomar leeento y a gusto. Una de mis cosas favoritas en esta vida es conocer barecitos donde precopear, ir por traguitos coquetos después de comer, o cenar en un ambiente festivo sin que sea un antro tumultuoso.  Con la selva como fondo, el personaje principal de este bar es un oso perezoso, un animal al que no le apetece ir al mismo ritmo, baja las revoluciones y disfruta con calma la vida. El lugar cuenta con dos pisos, donde se cuida la luz, las formas y los colores.  Sobre el ambiente, puedo decir que al ser tan reciente su apertura, apenas está empezando a tomar forma, pero el team es sumamente amigable, te mostrarán las diferentes opciones a partir de tus gustos mientras escuchas todo tipo de música, desde pop hasta banda, o las novedades del DJ invitado.  Lo fuerte acá es el vino, con una curaduría que no tendrías en cualquier bar. Espumosos, blancos, rosados, naranjas y claro, tintos. Con etiquetas de España, Argentina, Italia, Alemania y México, las cuales irán cambiando según su stock. También lee: Bares para melómanos en CDMX También hay coctelería clásica, de autor, chelas y tragos derechos. Nos decidimos por su cóctel insignia, el Perezoso, preparado con vino rosado mezclado con guayaba, cordial de fresa con ruibarbo (una planta parecida al apio de tono rosa, dulce) y aperol. Es un trago para paladares que aman lo dulce, se siente la fresa, la guayaba, y aunque tiene un grado alcohólico alto, lo disimula perfectamen
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  • Antros
  • Roma
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  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
Patrick Miller
Patrick Miller
Por más de dos décadas, su piso ha atestiguado los mejores pasos de la urbe dentro de sus círculos de dance-offs. Ahí, todo tipo de personajes de la ciudad –bailarines, hipsters, fresas, rucos y taxistas– se unen por el amor al desgaste de suelas. Lo mejor es ir en las noches de los ochenta, noventa y dos miles, que son mucho más amigables que las intensas de high energy, que podrían parecen muy sanas para los inocentes: todo mundo tiene una botella de agua en la mano. (Para saber qué toca hay que checar el calendario en la página). Vale la pena asomarse un rato al círculo de competencia de baile y ver los asombrosos pasos de quienes van cada viernes. Ellos, los héroes del lugar, se toman el baile en serio y van de pants, aunque nunca faltan las que no supieron y fueron de vestido y tacones. Lo más recomendable es ir cómodo. Todo esto da un feeling de esas películas taquilleras adolescentes de concursos de baile. Tras la adictiva primera visita podrás llegar a pensar que los viernes fueron exclusivamente creados para celebrar en esta bodega de paredes pintadas de colores neones, que bien podría haber sido un lugar de laser tag. Una bola disco y vigorosas luces estrambóticas son más elementos del encanto propio del lugar. Entre tanto baile, y a falta de aire acondicionado, el sudor fluye sin pudor alguno. Para saciar la sed en este magno-sauna hay dos opciones: agua y cerveza. Comprarlas implica hacer una fila (kilométrica, a veces), conseguir una ficha y cambiarla en la barra
  • Coctelerías
  • Roma
  • precio 3 de 4
  • 3 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
Departamento
Departamento
La comunidad fiestera de la CDMX a veces prefiere quedarse en casa, aunque eso no quiere decir que el desmadre se encuentre temporalmente suspendido; la próxima vez que pregunten dónde es la fiesta, la respuesta que tienes que dar es Departamento. El nombre de este bar te explica lo que te espera, un interiorismo que te recordará al depa de un amigo listo para agarrar la fiesta, con todo y tornamesa en la sala y luces tenues que te incitan a quedarte durante horas discutiendo sobre los artistas en los discos de vinil; cada elemento de Departamento está pensado para despertar tu calor hogareño e íntimo. Ya que te sientes como en casa decides si bailas o platicas. La propuesta musical embona con el concepto y con la colonia; suena en su mayoría beats relajados de música electrónica con dj en vivo, hasta un poco de rock en inglés y en español. Es el lugar ideal para beber una cerveza y quitarte la sed, unos whiskys cuando quieres enfriar los pensamientos y relajarte, o unos mezcales para brindar por la noche y por tus anfitriones que pusieron la casa; sólo recuerda avisarles antes de llegar, contáctalos por Facebook y haz reservación.
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  • Coctelerías
  • Roma
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
Musak
Musak
Una nueva casa para jazz, soul, disco, funk y electrónica: Musak, el hi-fi listening bar del restaurante Tres Tonalá, cuya mixología fue curada por Mica Rousseau (Fifty Mils) y supervisada por el italiano jefe de barra Raffaele Chinea. Bajo el mismo formato de un speakeasy, hay que preguntar al llegar, pues la magia de la entrada ocurre tras una pared que se mueve. En cuanto ingresas la música penetra de manera diferente: el espacio parece un ecualizador gigante que da total libertad a la música sin perturbar el volumen de tus conversaciones. Elegante y Gatsby-neano, toma asiento en los aterciopelados sillones y rodéate por los tonos dorados y azul marino. Deja que Billy Preston (la figura del soul) sonando al fondo te guíe sorbo por sorbo al frank sinatra, un trago seco con tequila, tonos de clavo, nuez y pimienta con una crusta de chocolate que se derrite entre mordidas. BB King no apareció con su guitarra, pero sí en una muy agradable mezcla de bourbon con coco y vainilla para aquello de lo tropical, sumado con piña tatemada, amaro y limón amarillo. Serge gainsbourg conserva la misma actitud de este versátil compositor parisino, es un trago de mezcal con licor de chile ancho y rebajado sutilmente con té roiboos. A la sensualidad de Musak se le añaden sesiones en vivo de djs y grupos invitados, ofertas frescas que complacen a melómanos y sibaritas por igual. Total, del buen trago y la buena música nadie te quita lo bailado. 
  • Antros
  • Roma
  • precio 2 de 4
  • 5 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
Si no estás en la lista de invitados, si no eres amigo de Zemmoa –la cadenera travesti– o si no cuentas con tarjeta o anillo de membresía, pasarás un momento incómodo afuera de una puerta cerrada mientras una pequeña cámara te observa. Entrar a uno de los mejores antros de la ciudad no es fácil, pero si lo logras querrás regresar cada fin de semana. M.N. Roy, “Em. En. Roy”, “Monroy”, “Roy” o como quiera que le llames, lleva el nombre de la persona que habitó la casa que hoy ocupa este ecléctico espacio arquitectónico: Manabendra Nath Roy, revolucionario, activista y teórico indio que a principios del siglo pasado fundó el Partido Comunista Mexicano. Un siglo después, en lo que alguna vez fue una guarida socialista, hoy podrás encontrarte a León Larregui de Zoé (socio del lugar) dando vueltas por ahí o a Adanowsky y otras figuras de la escena artística poniendo discos. Al cruzar la puerta negra de la entrada, la creación de los arquitectos Emmanuel Picault y Ludwig Godefroy contrasta con la descuidada fachada exterior. Un pasillo claroscuro, con paredes de piedra volcánica grabadas con arte puuc te llevarán al cuarto principal. De lado derecho, el DJ booth se alza debajo de paredes de madera de doble altura que asemejan una pirámide, mientras que del lado izquierdo, la barra principal se extiende debajo de altos techos y paredes con recubierta de cobre. Para tomarte un descanso, sube al segundo piso, donde una fila de columpios se prestan para platicar con trago en mano y fuma
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  • Coctelerías
  • Roma
  • precio 3 de 4
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
Gin Gin
Gin Gin
“El gin tonic ha salvado más vidas y mentes de hombres ingleses que todos los doctores del imperio”, dijo alguna vez Winston Churchill quien —además de ser un gran líder político— era un loquillo al que le encantaba bromear, razón por la que decía cosas como la anterior. Todos sabemos que el gin tonic no sólo ha salvado las vidas y las mentes de ingleses, sino de gente de todo el mundo, incluyéndonos a los mexicanos. Es cierto que nosotros tenemos el tequila y el mezcal, pero ambos están destinados a la fiesta absoluta o al tratamiento contra el mal de amores. El gin es para otros momentos. Es uno de los destilados favoritos por su frescura, su suavidad y las benévolas bayitas de enebro de las que está hecho y que, desde épocas ancestrales, se consideran medicinales (punto extra para Churchill). Así que podemos concluir que el Gin Gin es una suerte de botica disfrazada de bar, cuya carta presume una gran variedad de pócimas curativas en forma de gin tonics que, si bien respetan al clásico (hecho con gin, agua tónica y una rodajita de limón), nos regalan nuevas maneras de disfrutar este viejo gran trago. Tres imperdibles son el vellocino de oro (gin, aceitunas, romero, aceite y rodajas de limón griego y agua tónica), el acapulco golden (gin, infusión de mate y coco y agua tónica) y el acidito mexican pimms (gin infusionado con rooibos y frutos rojos, cinzano, extracto de jengibre, jarabe natural, jugo de limón, mix de frutas y ginger ale casero, decorado con un trébol comestib
  • Antro
  • Roma
  • precio 2 de 4
  • 3 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
San Luis Club
San Luis Club
Con un gran letrero luminoso presumen de ser “su lugar romántico de México”. Esta es la entrada a un salón de baile con 73 años de tradición. Su aire retro de inmediato transporta a una época de machos y ficheras. Una mujer ataviada con un vestido negro aterciopelado recibe a quienes ingresan a este submundo ficheril. La decoración es igual a la de cualquier cabaret estancado en los años cincuenta: luz tenue, tonos rojizos, espejos en las paredes y chicas de falda corta sentadas en las piernas de los comensales u ofreciendo un baile por 30 pesos. Además de grupos de señores que pagan por la compañía de alguna chica, también van congregaciones de hipsters y expertos en salsa que acuden para bailar con música de orquesta en vivo. Por aquello de la ficha, no hay que extrañarse de que pidan consumo mínimo (puede ser de hasta 400 pesos), o que un refresco chico o una cerveza cuesten 55 pesos. Todo esto son pequeñeces por la experiencia de ser parte de un lugar donde el tiempo parece haberse detenido.
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  • Coctelerías
  • Roma
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
¿Te imaginas un bar sin botellas en la barra, y donde no tengas que esperar a que te preparen tu coctel? Ahora existe y se llama Outline. El concepto de este  bar recién abierto va a cambiar la forma en la que entendemos las barras, ya que aquí todos los cocteles están preparados previamente y se sirven de grifo. El espacio es enorme, al ver la entrada, a un lado de Delfino Café, no piensé que fuera tan grande, pero pasando el mural de Smithe, se abrió la planta baja en toda su dimensión, protagonizada por la extensa la línea coctele de draft y la torna que será tomada por los DJs sorpresa, y aún faltaba la gran terraza rodeada de vegetación en el piso superior.  Se nota que aquí hubo mano de artistas como Tony Delfino porque la atención al detalle en cada aspecto es impresionante. Desde la calidad del sistema de sonido, el mobiliario retro, la cristalería, la forma de los hielos de cada trago, hasta los portavasos tienen su importancia.  Y apenas vamos a empezar a hablar de la coctelería. El menú, inspirado en los clásicos pero reinventados, fue creado por la italiana Maura Lawrence Milia y Alex Lawrence Milia, quienes vienen de dos de los mejores bares del mundo, The Connaught y The Dandelyan, ubicados en Londres.  En este menú crearon 30 drinks que elaboran en un centro de producción y llegan aquí en barril, para que en el bar siempre pruebes los tragos estandarizados. Todos los que probamos tuvieron algo interesante, pero entre los que nos encantaron estuvieron: Verde M
  • Coctelerías
  • Roma
  • precio 3 de 4
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
Licorería Limantour
Licorería Limantour
La renovada fascinación por la coctelería en México surgió con un nombre: Limantour. Fue uno de los primeros bares en nuestra ciudad que decidió salirse de la vía y ofrecer una experiencia que se aleja de una simple barra con cocteles que no van más allá de los martinis.Aquí, la ciencia de las bebidas llega a niveles insospechados, con combinaciones etílicas que resultan sorpresivas al paladar; sus tragos incorporan ingredientes dulces, amargos, hierbas y bitters, mezcales y gin, en un juego constante que homenajea tanto a aquellos bartenders de los años veinte, como busca innovar en sus mezclas.Es común encontrar a reconocidos bartenders invitados detrás de la barra, y por temporadas es posible toparse con concursos que giran en torno a temáticas específicas (gin tonics o cocteles con té, por mencionar algunos).El menú de Limantour hace una referencia a un viaje por el mundo, a través de 20 cocteles. Con un trago, podemos sentirnos en una cantina antigua en el centro de Buenos Aires, en un sencillo pub escocés o en un bar underground de Brooklyn.Me decidí por un road trip a Oaxaca con el jamaica mezcal, que lleva bitters de chocolate. El trago se sirve en una de esas jícaras que encontrarías en cualquier mezcalería cercana a Monte Albán. El primer sorbo quema delicioso; el calorcito se apodera de tu garganta para bajar directo a tu corazón. Unos segundos después, viene el retrogusto de chocolate, sorpresivo, casi imperceptible pero cautivador.Después, viajé a Argentina con e
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  • Coctelerías
  • Roma
  • precio 4 de 4
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
Hotel Casa Awolly
Hotel Casa Awolly
Me avisaron de un bar –cuyo nombre hay que preguntar dos veces– en donde los tragos estaban excelentes, y que según esto, servían un tuétano increíble. Con toda sinceridad, no imaginé la magnitud de lo que se escondía en Sinaloa, en plena Roma. Me perdí entre Medellín y Monterrey, caminé la cuadra sin sospechar que el lugar no posee un letrero exterior. Lo descubres por sus anfitriones en la entrada, casi como escoltas de seguridad. Iba sin reservación, pero no me iría sin descubrir el misterio así que le eché ganas. Llegué al comedor ubicado en la planta baja, mis sentidos se saturaron al procesar la decoración y fue entonces que comenzó el surrealismo. Todo era elegante, simulaba un patio con un piso verde de patrones circulares que se extendían a la pared y hacia el techo. Me sentaron junto a un área privada con una mesa de destellos caoba y rodeada por un librero color turquesa. En una pared, arriba de todos, proyectaban un filme de Hayao Miyazaki. Averigüé que la cocina era de Irak Roaro y le regalo mi 2017 por el tuétano con topping de short rib. Hornean el hueso con migas de panko y chiles secos, encima tenía trozos de short rib de sabor acaramelado y unas cebollitas con sabor ácido. Acompañado de una salsa martajada de jitomate y tortillas calientitas. Quedé con el ojo cuadrado: no probé una mejor receta en todo el 2016. Lo acompañé con un coctel aggi-doggi de ron y campari, lo especial es que lo hacen con una compota de ciruela con chi
  • Bares de hotel
  • Roma
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
Club Petanca Roma
Club Petanca Roma
Parece que los buenos lugares se esconden para aumentar la emoción de ser hallados. Club Petanca Roma es uno de ellos: al fondo de un restaurante,  y si no fuera por los aplausos y bullicio lejano, pasaría desapercibido. Una plancha de arena es el escenario principal donde los jugadores preparan sus mejores tiros contra sus adversarios. El deporte que practican da nombre al bar, petanca es un juego europeo que involucra bolas de acero y un boliche (bola pequeña de madera) como meta. El vencedor es el que logra llegar más cerca del boliche. Si no eres hábil en el deporte, te reciben amablemente en la barra con destilados y vino. Para ponerte a tono y animarte a jugar, pide un espadín ligero: mezcal en su presentación original traído desde Oaxaca, ese que desde el primer besito te llena de confianza. La coctelería es básica pero abundan los distintos tipos de licores y cervezas de etiqueta mexicana. Acá sirven vino al estilo tap room; la copa del Espuma de la Casa, proveniente de Ensenada, se sirve fría y te sienta bien al estómago si pediste algo para comer. La oferta gastronómica incluye tortas, fruta, chilaquiles, huevos, guisados, ensaladas, cortes de carne, tuétano, quesos y botanas. Pero si sufres de hambre voraz, ordena una salchicha de pollo o de cerdo. Ambas están jugosamente llenas de sabor y calientitas por el pan suave que las abraza. El sabor lo resaltan la mostaza, catsup casera, relish y cebollas encurtidas. Acompáñala con chips de camote y dip de habanero para
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  • Mezcalería
  • Roma
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
Todo pinta para que 2025 sea el año de los destilados mexicanos. Diamantina es un nuevo bar en la Roma del que, incluso si no acostumbres tomarlo, vas a salir amando el mezcal oaxaqueño. Su barra tiene etiquetas únicas y se armó con mucho cuidado directamente con los productores. Expuestas en la barra verás botellas de Gran Minero, Cuish, La Medida, Agua de Sol, Mono de Calenda, entre muchas otras, cada una con la especificiación de variedad de agave, productor y poblado, pero si quieres saber algo más, pregúntale al equipo, que te hablará de mezcal toda la noche.  El diseño minimalista de paredes terrosas da una vibra calmada que invita a tomar tu mezcal, como debe ser, a besitos, saboreando su perfil sin apuro. Pero ojo, me aclaran que no son mezcalería, sin problema puedes perdir drinks clásicos como un negroni o un martini, pero te animo a que revises la coctelería de la casa, en especial si quieres mezcal pero no lo tomas solo. Dos buenos ejemplos son el tropical Costa Chica (espadín, puré de mango asado, cítricos y espuma de coco y agave) o el fresco y herbal Basilisco (espadín, shrub de pepino, toronja y albahaca).  La gran sorpresa de mi visita fue la comida. No hay más que decir que los platos se prepran con ingredientes oaxaqueños. Te firmo que vas a volver por sus esquites, calientitos, con el toque ahumado del maíz tatemado que empareja perfectamente tu mezcal, y rematados conchapulines, mayonesa, polvo de cacahuate y chiles. Otra joya para compratir son los kushi
  • Coctelerías
  • Roma
  • precio 3 de 4
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
Bien dice la canción popular “La Bruja”: qué bonito es volar a las dos de la mañana. ¿Y saben qué también lo es? Salir del bar a esa hora. Pero mientras esperamos que la dinámica madrugadora en los bares de la ciudad se retome, nos quedamos hasta las 10pm volando dentro de Brujas. Esta nueva apertura yace en la planta baja de “la casa de las brujas”, el edificio en la Roma con techo en forma de pico y donde, cuenta la leyenda, habitaba una chamana de nombre Pachita. El hechizo inicia con un interior de hipnotizantes tonos cobrizos y mucho uso de madera, mientras el resto de los elementos juegan con el misticismo de este concepto mágico: tienen libros de pasta dura sobre las repisas a la altura del techo, taxidermia, artefactos antiguos y botellas de diversas etiquetas que me gusta pensarlas como elixires nocturnos. Brujas puede visitarse bajo cualquier modalidad: en solitario, con pareja o con el aquelarre (por el momento evitando grupos mayores a cuatro personas/brujas/brujos), aunque desde la barra tienes mejor vista de las manos maestras: cuatro barmaids que alternaron el caldero por maceradores y shakers. Liderado por Gabriela Lozada (Hanky Panky, Pujol) y remarcado con Karen Paz, Ingrid Aparicio y Carmen Uribe, este grupo trabaja coctelería contemporánea y de autor bajo la inspiración de los años 30 y 40, cuya fusión de ingredientes tiene un sentido juguetón en el paladar dependiendo del trago que elijas. El yellow witch nos llevó a una isla tropical gracias al limón ama
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  • Roma
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
Hace más de cien años, en la Roma, existía un café que se anunciaba como Café Europa, pero que era conocido por la comunidad literaria de la época como El Café de Nadie. Se dice que ahí, poetas como Manuel Maples Arce y Germán List Arzubide iniciaron con la corriente literaria Estridentista, que llamaba a los artistas e intelectuales del momento a dar cuenta de la transformación del mundo a través de las artes y el escándalo. Ahí, en el Café de Nadie, intelectuales y artistas se juntaban en tertulias llenas de café, tragos y cigarros. Un siglo después después, y también en la Roma, otro Café de Nadie acaba de abrir sus puertas. Y el espacio se antoja para debatir y compartir junto con un café o un buen trago como lo hicieron aquellos poetas. El Café de Nadie es un poco de muchas cosas. La columna vertebral de este proyecto es la música, curada por un grupo de djs que durante 10 años trabajaron en la selección de viniles que hoy funcionan como el eje sonoro del espacio. A veces, la música corre por cuenta de Café de Nadie, y en otras ocasiones tienen djs invitados. También se rifan con la carta de alimentos. Todas las frutas y verduras provienen de Arca Tierra, una red en Xochimilco de productores agroecológicos que trabaja bajo un esquema de comercio justo. Por lo mismo, en el menú predominan las verduras y las opciones vegetarianas, como el tiradito de jícama o el aguachile de coco y sandía. Pero también tienen opciones carnívoras, como el sándwich de pollo, o, si prefieres
  • Roma
  • precio 3 de 4
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
Este cocktail bar se posicionó hace más de diez años como una gran opción para quienes aman experimentar con la alta coctelería, antes de que nacieran muchos de los bares de cocteles que ahora pueblan las listas de los 50 Best. Fuera de los cocteles empalagosos o demasiado frutales, aquí han respetado la historia de los licores sofisticados. Siempre emparejados con buena música, especialmente los miércoles que hay tocadas en vivo.  Unas escaleras al lado de Loup Bar te conducen al lugar, un tanto secreto y oscuramente seductor, que se volvió famoso por servir absenta, la bebida eternamente asociada con el medio artístico parisino del siglo XIX.  Si quieres la experiencia auténtica, pide esta bebida (que tienta a cualquiera a portarse mal) en una fuente de cristal antigua. O prueba alguno de los cocteles que la contienen, como el Artemisa Sour, una clásico que brilla (literalmente tiene luz) sobre la barra. Además del absenta Satvrnal, lleva mezcal espadín, miel de rosita de cacao, limón, toronja y clara de huevo.  Otro de sus signature cocktails es el negroni más salvaje que vas a probar, se llama Negrosky y lleva sotol, Cynar, Aperol y Fernet. No te asustes, no todo aquí es tan intenso, si quieres empezar leve, mi recomendación es un fresco Salmoncito, con ginebra, Campari, toronja y agua tónica para acompañar tus aceitunas o una tabla de quesos del rancho Cuatro Encinos. Te recomendamos: Rumores Butcher shop
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  • Cervecerías
  • Roma
  • precio 2 de 4
  • 3 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
Pareciera una cantina de esas que llevan en su sitio ya varios años, un lugar de tradición de la Roma, como podría ser La embajada Jarocha o El Covadonga… pero no. Lo que pasa es que lo hicieron bien. Hallaron una esquina que pareciera discreta, casi aleatoria, a pesar de que esa acera de Orizaba se ha llenado de barecitos de pocas mesas para el mismo tipo de público: el habitante desenfadado de la Roma. Ese que si no es escritor o cineasta, entonces es pintor, antropólogo, o arquitecto bohemio. Aquí lo que rifa son los mezcales. Hay amplia variedad de marcas (aunque rara vez suelen tenerlos todos en existencia). De hecho, por lugares como este es que empieza a ser costumbre esa frase de la desesperación urbana contemporánea: “Urgen unos mezcales”, “Mezcal necesario”, “Tenemos que echarnos unos mezcales para platicar de eso”. Esta curiosa situación divide a la concurrencia entre los existencialistas (que están ahí para que el mezcal encauce sus conversaciones e ilumine sus vidas) y los hedonistas (que están ahí para pasárselo bien más que nada, qué necesidad hay de andar elaborando complicaciones a la existencia), y unos y otros se reparten pacíficamente las mesas del interior y de la banqueta. La cocina cierra pronto, por lo que es preferible atascar primero y beber después y no al revés. El surtido de quesadillas es sumamente digno y bien servido, cubiertas de crema y lechuga y salsas que pican con autoridad. Aquí hay que llegar temprano, antes de que se ponga el sol, y que
  • Coctelerías
  • Roma
  • precio 3 de 4
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
Waikiki Tiki Room
Waikiki Tiki Room
La CDMX se torna hawaiana, pues en una de las colonias con mayor riqueza nocturna abrió sus puertas este local que nos llena de aires salinos y playeros. Waikiki Tiki Room es todo lo que dice su nombre: un cuarto tiki, cuya temática evoca la cultura surgida en Estados Unidos inspirada en las islas polinesias con cocteles exóticos. Walter Meyenberg (Hanky Panky, Huset), su socio Juan Pablo Arredondo y Tomás Bermúdez (chef de La Docena) son las mentes detrás de este concepto, donde hay dos sencillos pasos para una visita provechosa: hacer reservación (con anticipación) y fijarse en cada detalle. De pies a cabeza el lugar es una invasión tropical que te recibe con un aloha plasmado en el mural, lámparas de bejuco y cortina elaborada con conchitas de mar; las decoraciones e inmueble provienen de talentos mexicanos. Cualquier fiesta tiki puede jactarse del elemento de la diversión, y tras la barra de Waikiki lo tienen muy presente: un cuadro del Capitán de Bob Esponja es indicio de que lo bueno está por comenzar, seguido del show coctelero con el que cada mixólogo domina el área. En mi visita probé el saturn que lleva tanqueray, gin, jugo de limón, maracuyá y jarabes dulces con tono a Caribe; up in smoke es la bebida que no sabías que necesitabas en la vida: mezcal, jugo de piña carbonizada con chipotle infundido de jarabe de agave.  La cocina es de materia y tono internacional, como un ceviche de coliflor con leche de tigre de coco, suave y cremoso para abrir el apetito. Del lado
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  • Coctelerías
  • Roma
  • precio 3 de 4
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
¿En qué otro bar de la ciudad te hacen un ritual con velas rojas y un himno metalero para servirte un sour? Solamente en Ladina Bar, en la planta baja del Hostal 333, donde los mixólogos Michael Howes, de Minnesota, y Giovanni Bulnes, nacido en Puebla, mezclan drinks con un estilo súper clásico y un gran respeto por los destilados de base. Para vivir la experiencia, pide el excelente la vey sour, con bourbon, fernet, Averna, Punt E Mes, mascabado, limón amarillo, bitters de chocolate, clara de huevo y carbón activado, un coctel espectacular por sí mismo, más allá del show de las velas y la música, ya que la mezcla de base queda completamente negra, y la blanca espuma de clara de huevo lleva un stencil de la estrella metalera. Ladina vive con Howes y Bulnes una segunda etapa, en la que el salón quedó más despejado, sin la mesa de billar que antes tenía; la barra tiene sillas altas con respaldo (algo que se agradece a medida que la noche avanza) y también hay mesas al fondo. El ambiente se va prendiendo por ahí de las 11pm o 12am, sin llegar a un nivel de ruido que no permita platicar, y la música está muy bien seleccionada, pasa de estándares de jazz y blues al rock, indie y hip hop. En su carta de coctelería siempre encontrarás tragos emblemáticos: sazerac, blood and sand, between the sheets, sidecar, preparados con mano pesada y con guarniciones simples y al natural. Ellos mismos elaboran sus tinturas, jarabes y la tónica para el gin tonic de la casa. No son tanto de sabores
  • Gastropubs
  • Roma
  • precio 3 de 4
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
Can Can Bar
Can Can Bar
De los creadores de Mono y Campobaja, y lo que alguna vez fue Rhodesia, llega Can Can Bar, un barecito de la Roma que se convertirá en uno de los lugares en boga. Tiene la ubicación perfecta y lo que buscas hoy día: decoración retro, tragos clásicos con “twist” y comida ideal para cuando sales de trabajar.  ¿Dije tragos coquetos? Se trata de una nueva propuesta de cocteles tradicionales armada por José Luis León, head bartender de Licorería Limantour. Hay siete cocteles: long island icetea, moscow mule, frozen irish coffee, paloma can can, moradito, pimm’s can can y fresco de pepino. Acá entre nos, pide el moscow, pues trae vodka, jengibre y limón, todo en buen nivel de azúcar fría y calor de alcohol para dejarte aún más sediento; después de un dulce moradito, por supuesto. Si lo tuyo no son las combinaciones aromáticas, hay una carta extensa de destilados, licores y aguardientes; así que no extrañarás tu gin, whisky y whiskey –tienen ambos. Ojo, aunque es un bar, también encontrarás bebidas casuales, como malteadas, café, cervezas, refrescos y naranjadas, así que no importa si diste por casualidad mientras caminabas por la zona; siempre habrá algo que tomar mientras te echas un partido de futbolito o la tocada de una banda invitada. La comida es un mix del mediterráneo con un menú de bar gringo-europeo, pide para picar unas aceitunas marinadas, una selección de charcutería o una combinación de manzana, jícama, jocoque y avellanas, que no es tan recomendable pues en sabor nos
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