En muchas ocasiones —y sobre todo la generación de nuestros abuelos, o por ahí— usamos la palabra “licor” para nombrar a cualquier bebida alcohólica; un tequila, un vino o un anís. Pero la realidad es que el término licor sirve para denominar a un tipo de bebidas muy específico, y cuyo diferenciador está en el proceso de elaboración.
Un licor se obtiene luego de macerar en alcohol o aguardiente alguna especia, fruta o flor, y después endulzar la mezcla. Hace muchos años, esto se hacía con fines medicinales. Entonces, podemos decir que la materia prima para hacer un licor es alcohol o aguardiente, una sustancia aromática y un endulzante (que puede ser azúcar, almíbar o miel).
Te puedes echar tu licor así solito para el postre, con un par de hielos o usarlo para coctelería. Y para que veas que en cuanto a producción de licores y otras bebidas sí hay creatividad en el país, te dejamos estas tres opciones de licores hechos con productos locales que puedes pedir a domicilio.
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