A diferencia de los antros, son pocos los espacios nocturnos en la ciudad que convocan a la gente para una noche de fiesta y cuyo objetivo principal no sea la socialización. Te podrá sonar extraño, pero en un club como este se te complace a través de propuestas alternativas de música electrónica.
La escena underground tiene necesidades específicas cuando se trata de escuchar a djs y productores que no pertenecen a la línea comercial, como lo es una buena ingeniería de audio y un espacio más privado. Carlos Cruz (Índigo) quiso hacer algo contra la escasez de espacios adecuados para ello en la CDMX y así nació Terminal Club Antisocial.
Es un lugar minimalista oculto bajo unas escaleras en la calle de Bolívar. Aún conserva la antigüedad del espacio de 1920, pero hoy tiene equipo de audio y muy poca iluminación, sólo si el evento lo amerita se hacen instalaciones visuales. Siguiendo esa línea nihilista, en la barra hay tres opciones: cerveza, agua y mezcal.
Lo mejor es estar pendiente de su cartelera en Facebook, cada fin de semana hay músicos locales e internacionales. Como Mumdance (Reino Unido), Sissel Wincent (Suecia), Michael Vallera (Estados Unidos), Ana Gartner (Colombia), Machine Woman (Rusia), Resom y Ziur (Alemania) o Tomas Urquita (Chile). Prepárate para descubrir el mundo más allá del house y el techno: ambient, drone, dub techno, power electronics, doom, gabber, gqom, funk, dubstep, bass, brum and bass, juke, trance, jungle, garaje y RnB. Mientras que en otros lugares no espacio para muchos de estos géneros de la electrónica, en Terminal Club Antisocial hay cabida para todos.