Lia fue perreo. Desde que llegas a Plaza Escenaria, entre San Jerónimo y Pedregal, te das cuenta que la diversión puede encontrarse tras las cadenas de este club.
Todos van arreglados; Lia no es de etiqueta, pero tampoco para llegar fodongo. Lo primero que sentirás es el ambiente de ligue. Los hombres usan camisa de cuadros y las chicas se ponen tacones, también vi los looks de vestido corto y tenis blancos.
El antro es un cuadrado enorme con paredes de madera y el techo, altísimo, está cubierto por enredaderas verdes que ocultan el sistema de iluminación, así que los efectos láser y neón –verdes y morados– que se mueven al ritmo de la música provienen de todas partes. La noche de sábado en que lo visité fue de “bling bling” y la selección musical fue hip-hop y reguetón. Los que bailaban lo hacían en serio y no se avergonzaban de corear y llegar hasta abajo. Aunque estos géneros no son precisamente mi hit, observar el deleite a mi alrededor y beber una fresca ginebra lo compensaron. No esperes cocteles especiales, sólo hay lo básico de un antro.
Para entrar hay un cover general de 200 pesos, pero envía un mensaje a su Facebook con tu whatsapp para que un RP te registre y pagues la mitad; en ese sentido saben hacer su chamba. Me contaron que los jueves son noches VIP y las chicas tenemos bebidas gratis hasta cierta hora, habrá que ver si el VIP viene con un cambio musical.