Gabriela Lozada
Foto: Cortesía Brujas
Foto: Cortesía Brujas

Rompamos la brecha: Entrevista con Gabriela Lozada, bartender de Brujas

Platicamos con Gabriela Lozada, head bartender en Brujas, un bar operado solo por mujeres

Andrea Vázquez
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Así está el contexto: casi todos los jefes de barra de los bares de la CDMX son hombres. Gabriela Lozada es bartender y también una de las pocas mujeres que ocupa un cargo de mando tras las barras en a ciudad: es la head bartender de Brujas, un bar operado únicamente por mujeres.

¿Cómo se vive el trabajo tras las barras? ¿Qué es lo que mantiene tan desigual la balanza de head bartenders entre hombres y mujeres? Nos acercamos con Gaby para econtrar esas respuestas y también para saber acerca de las dificultades que ella ha tenido que superar en su campo laboral y que tienen origen en discriminaciones de género.

¿Las mujeres que intentan ingresar al gremio de la mixología presentan dificultades por su género?
Sí, principalmente por el alcohol, que es un vehículo por el que se permiten muchas cosas. Otro factor es que casi siempre los trabajos en bares son en  horarios nocturnos y, al ser mujer, estás más expuesta y vulnerable. Otro elemento es la cultura machista: las mujeres “no podemos hacer trabajo pesado” como cargar una bolsa de hielos. Hoy, las cosas son más fáciles, aunque falta mucho.

¿Crees que hay igualdad de oportunidades?
No, y lo que es súper triste es que muchas veces buscan a una  bartender por su imagen y no por su experiencia. Además las mujeres no acceden a cargos más altos en las barras, y a los hombres se les paga más. Se justifica diciendo que ellos son quienes se llevan la chinga y las mujeres solo van a batear y verse bonitas.

¿Cómo te abriste camino en este gremio? 
Me he encontrado con buenos jefes, pero sí me han discriminado por ser mujer. He tenido trabajos que me duran dos meses porque no aguanto que me pongan como muñequita.

¿En algún momento te has sentido insegura?
Todo el tiempo, tratar con clientes borrachos requiere de cierta habilidad. En Brujas no nos tiembla la mano para correrlos pero me ha tocado trabajar en lugares en donde me dicen que “no me están haciendo nada”, solo me están diciendo cosas sobre mi cuerpo o me están mirando lascivamente. Entonces se privilegia la venta sobre nuestra comodidad.

Sobre Brujas, ¿por qué tener un lugar operado sólo por mujeres?
Está padrísimo. Fue un concepto que desarrolló mi jefe; sí queríamos que hubiera morras, pero inicialmente el head bartender era hombre. Cuando él se fue, yo asumí el cargo y, en pláticas con mi jefe, le sugerí que fuéramos solo mujeres. Primero, porque no hay otro bar con ese concepto, pero también para apoyar el movimiento feminista. Lo curioso es que cuando abrimos no estaba dirigido a que las mujeres se sintieran seguras, sino como una lección de que sí se puede tener un gran bar operado únicamente por mujeres.

De repente nos preguntan si es un bar lésbico, y no lo es, pero sí van muchas parejas de mujeres porque ahí no hay nadie que las esté morboseando. Más de la mitad de los clientes sí son mujeres. Pero no fue a propósito, sino como resultado de que solo fuéramos chicas trabajando ahí.

¿Qué les dirías a las mujeres que se quieren abrir camino en tu gremio?
Cada vez hay más sororidad. Mi consejo es refugiarse en colegas mujeres; eso está convirtiéndose en una buena fórmula. Y la única forma de acabar con el machismo es demostrar que sí podemos, y hay que hacerlo juntas.

Recomendado: Rompamos la brecha: mujeres de la CDMX en el campo laboral.

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