No creerás lo que ocultan los cerros que rodean a la Ciudad de México. Muy cerca del Popocatépetl e Iztaccíhuatl, se encuentra este rancho que data del siglo XIX.
¿Quieres descansar o divertirte? Aquí te ofrecen ambas opciones. Los fines de semana hay más movimiento, así que es mejor para realizar actividades dentro del rancho. Sin embargo, entre semana hay muy poca afluencia, tanto así que podrás disfrutar de todas esas hectáreas para ti solo. Ideal para desconectarte de tu trabajo y conectar con la naturaleza.
Está tan cerca de la ciudad que puedes ir sólo un día. Aunque puedo decirte que vale la pena quedarse por lo menos una noche, especialmente para ver el amanecer con una postal del volcán nevado. Hay cabañas para dos, cuatro y seis personas, pero si toda la familia se suma al plan pueden quedarse en la casa principal en la que caben 24 personas.
Hay opciones de comida en la cafetería, pero para vivir la experiencia completa debes visitar "El cenador". Este restaurante ofrece platillos tradicionales, con toques muy caseros. Si no sabes que pedir, prueba la pizza, el molcajete o los taquitos de carne enchilada.
Con toda confianza te puedo asegurar que no te aburrirás. Todo el año hay actividades por hacer, así que es difícil recomendarte una época específica para ir. En resumen, si quieres vislumbrar luciérnagas junio es la opción; mientras que septiembre es para los amantes de los hongos y las cascadas; en invierno el pulque es el atractivo principal. A Hiking, gotcha, cuatrimotos y la convivencia con animales de granja están durante todo el año. Una mención especial para el equipo, la atención es super cálida.
La llegada se facilita más si vas en carro, la caseta cuesta $25. Si no es el caso, los servicios de taxi sí llegan hasta allá. Incluso puedes optar por llegar en transporte público.
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