Ve el atardecer en las Dunas de Yeso
Pocos lugares sorprenden tanto por su belleza natural en plena zona desértica como lo hacen las Dunas de Yeso. Esta joya de arena blanca y cielo estrellado es ÉL lugar obligado en tu viaje a Cuatrociénegas. Lo ideal es llegar por la tarde, quitarse los zapatos y caminar por este territorio con arena tan blanca que resplandece con la luz del Sol.
También puedes contratar un picnic romántico o familiar para disfrutar el atardecer y hacer una sesión fotográfica con la réplica de un T-Rex, donado por el Museo del Desierto.