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[title]El mar entra en las aguas dulces y así se forma la ría que siempre ha dado vida a Bilbao. En su momento, la subida de marea permitía tener un puerto lejos de la costa y que los barcos metalúrgicos se adentraran a la ciudad, haciéndola industrial y gris. Pero Bilbao se reimaginó: el puerto salió al mar. Donde antes anclaron las naves, ahora se levanta el museo Guggenheim y la ría ahora es un corredor gastronómico, cultural y arquitectónico que hace de éste uno de los destinos más maravillosos del País Vasco Español.
De punta a punta, Bilbao se puede recorrer en apenas 40 minutos o menos si se anda en bici, pero el trayecto será mucho más largo por la cantidad de cosas que se pueden hacer. En esta ruta propuesta por Time Out México se inicia por el casco viejo, particularmente en la Plaza Nueva que, levantada en el siglo XIX, actualmente conglomeran bares de pintxos —ese platillo que a lo más se termina en dos o tres bocados, pero que resume toda la tradición gastronómica de la zona—. El restaurante Gure Toki es un gran punto de inicio.
Pintxos calientes como el de entrecot con maridaje de tintos de La Rioja o enormes ostras con txakoli, vino generalmente blanco y endémico del País Vasco, dan sentido a las frases en euskera on egin! —buen provecho— y eskerrik asko —muchas gracias— con las que la gente local hace sentir queridos y bienvenidos a todos.
Hacia el norte, pasando el Teatro Arriaga y siguiendo la orilla izquierda de la ría hacia el mar, está Baja Bikes, un establecimiento de renta de bicicletas eléctricas y guías turísticos que te acompañarán hacia el Museo Guggenheim, edificio diseñado por Frank Gehry, ganador del Premio Pritzker de Arquitectura, a cinco minutos de distancia.
Inaugurado en 1997, el museo cuenta con obras como “Mar creciente” con la que el ghanés El Anatsui hizo una metáfora sobre el cambio climático a partir de etiquetas, aluminio y alambre de cobre. También encontrará obras de Jeff Koons, Roy Lichtenstein y Andy Warhol.
Frente al museo existen un hotel y un restaurante que también pueden considerarse pequeños museos. The Artist tiene vista directa al Guggenheim y sus habitaciones, bar y restaurantes son decorados con la obra de Javier Mariscal, artista conocido por sus portadas en The New Yorker y el diseño de Cobi, la mascota de los Juegos Olímpicos Barcelona 92. Dentro está el restaurante Olio, encabezado por el chef Abel Corral, que hace honor a la materia prima de los pintores con un menú degustación enfocado en el producto local.
Para terminar el recorrido, en el extremo norte de Bilbao encontrarás el estadio San Mamés, conocido como La Catedral por los aficionados del Athletic Club, un equipo que en sí mismo es una oda al País Vasco. Su alineación presenta únicamente futbolistas que hayan nacido en el País Vasco o que se hayan formado en las fuerzas básicas de equipos vascos. Con ese orgullo es que los aficionados llegan a un estadio con capacidad para casi 53 mil personas. Las últimas cañas de este recorrido se toman en los alrededores del partido antes de entrar a cantar goles y celebrar a esta ciudad, su reinvención y su ría.