A partir del siglo XVI, conocimos las fortalezas y debilidades de este individuo gracias a una de las obras de William Shakespeare que, paradójicamente, es de las menos conocidas y escenificadas. Cuatro siglos después, Bertolt Brecht retoma al personaje para llevar a cabo uno más de sus imprescindibles ejemplos de teatro político.
A las anteriores, se suma la respuesta, satírica, que el escritor Gunter Grass le lanza a la visión de Brecht, hasta completar, sin querer, una trilogía en torno a esta figura histórica que se ha vuelto un paradigma de las revoluciones populares.
El director y traductor Otto Minera tomó estas tres obras y las tradujo como parte de un proyecto propio. Se las ofreció a la Compañía Nacional de Teatro, que bajo la batuta de Luis de Tavira, aceptó el reto de montar la trilogía completa en una misma temporada.
"Cuando le propuse el proyecto a Luis, lo primero que me dijo fue '¿por qué no habías venido antes? Esto es lo que una compañía nacional de teatro tiene que hacer', y yo estoy de acuerdo", señala Minera.
La visión brechtiana del personaje fue desarrollada por Alberto Villarreal, mientras que la respuesta de Grass fue trabajada por Martín Acosta. El punto de partida, el clásico de Shakespeare, será puesto en escena por David Olguín.
"Es tremendo. Es la universalidad de la vida humana, tanto individualmente como en la sociedad, en la que repetimos y tropezamos con la misma piedra una y otra vez", remata Otto Minera.