Reseña

Tío Vania

4 de 5 estrellas
  • Teatro, Clásica
  • Crítica de Time Out
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Time Out dice

Montado en un viejo triciclo, Vania da vueltas alrededor del jardín de la finca que ha administrado durante años al lado de su sobrina Sonia. Las hojas secas caen y los que observamos sabemos que en él habitan el desasosiego y la angustia de un tiempo que sigue su paso y poco a poco lo va cubriendo como a un mueble más de esa finca que ni siquiera le pertenece.

En la década de los setenta, Ludwik Margules realizó un montaje de Tío Vania que aún retiembla en la historia del teatro mexicano. Uno de sus discípulos más aventajados, David Olguín, aprovechó la invitación que Teatro UNAM le formuló el año pasado, para presentar un Chéjov que si bien rinde tributo a su maestro, también ajusta cuentas con la devastación que sufre el ser humano y su entorno en el nuevo milenio.

El apocalipsis que vive el mundo actual tiene un inmejorable espejo en la desesperanza que encarnan los personajes, plenos de muerte en vida. Sin embargo, Olguín los mantiene vivos a través de una puesta en escena extraordinaria, cargada de símbolos y detalles imborrables, devastadores y hermosos. El diseño espacial de Gabriel Pascal contribuye en demasía a estas atmósferas sutiles y tremendas.

De sobra está decir que el trabajo actoral que construye Olguín es de una homogeneidad pocas veces disfrutada en nuestros escenarios. Arturo Ríos, David Hevia, Mauricio Davison, Laura Almela y Esmirna Barrios son parte de este reparto exquisito.

Al teatro se tiene que asistir por gusto. Pero si se trata de eventos teatrales como éste, el teatro debería ser una obligación. Como un anhelo chejoviano.

Detalles

Sitio web del evento
www.elmilagro.org.mx/
Dirección
Precio
$200, $100 profesores, estudiantes e INAPAM
Horas de apertura
Jue-vie 8:30pm, sáb 7pm, dom 6pm.
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