Pareciera que estamos acostumbrados a la violencia que a diario nos muestran los diferentes medios de comunicación, pero en este caso, la obra de teatro The Pillowman, de Martin McDonagh, lleva “la crueldad” a momentos tranquilos, momentos angustiosos con un toque de humor negro, en los que incluso es incómodo reír.
Regina Blandón le da vida a la protagonista, Katurian, una escritora investigada por dos detectives que trabajan bajo el yugo de una dictadura totalitaria. Sin embargo, ella se mantiene todo el tiempo desconcertada por su aprehensión hasta que se da cuenta que algunos de sus cuentos (bastante perturbadores, por cierto), tienen un parecido sorprendente con los recientes asesinatos de niños que se anuncian en los periódicos. Cuando Katurian se entera de que su hermano Michal, con capacidades diferentes, también está bajo custodia policial y ha confesado los asesinatos, se resigna a ser ejecutada y pasa sus últimas horas intentando salvar sus cuento de la destrucción y el olvido.
Tupolski, el “policía bueno” y algo psicópata es interpretado por Pablo Perroni pues, aunque muchos de sus textos son amables termina actuando de un modo que llega a ser perverso. Ariel, el “policía malo”, encarnado por Monserrat Marañón (alternando con Enrique Arce Gómez), aparece al principio con una rabia desenfrenada, impaciente por comenzar un proceso de tortura y blandir los electrodos. Sin embargo, a medida que avanza la obra, Monserrat explora las vulnerabilidades de su personaje y muestra una gran humanidad.
El viaje emocional que desarrolla Regina es convincente, aunque en momentos el tono de su actuación se pasa más hacia la comedia. Tanto en los momentos de ternura como en los de desesperación, su desempeño es consistentemente fuerte. Con una voz segura y controlada, nos guía a través de escenarios sombríos sumergiéndonos en la historia. Alfonso Borbolla, quizás, es el actor más destacado de este ensamble de talentos. Su actuación como Michal es tan divertida como desgarradora. Cada una de sus líneas llega como un pensamiento fresco. Los comportamientos y los patrones del habla que usa para transmitir la discapacidad de Michal no se exageran. La relación con su hermana Katurian se hace completamente creíble por la química natural de los actores.
The Pillowman es una obra de teatro que reflexiona sobre la relación entre un artista, sus obras y su público. El poder de la narración es un tema codificado en el texto de la obra, la elección femEnina de Ariel y Katurian tendría más fuerza si el director Miguel Septién profundizara no solo con la estética de la obra sino con el matiz que generosamente le da Monserrat y que Regina aún busca en ciertos momentos. La escena es apoyada en momentos por Alicia Paola, Adrian Pola y Catalina Zavala, al dar un respiro a la escena acompañando los perversos relatos.
La obra tiene una duración de 2 horas con 50 minutos, tiene un intermedio, una historia difícil de olvidar, no solo por el talento creativo de la producción y los actores, sino porque seguramente te causará pesadillas.
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