Mantén prendido tu celular es la consigna para ver Privacidad, una obra de teatro que intenta concientizar sobre la manera en que reflejamos nuestra vida en aparatos tecnológicos y redes sociales, en las que la información personal deja de ser privada y puede ser utilizada, incluso, por los gobiernos u organizaciones para fines que desconocemos. “Al final del montaje al espectador le dará pena usar su aparato móvil”, comenta Luis Gerardo Méndez, quien alterna el protagónico al lado del actor mexicano Diego Luna.
Después de su participación en la cinta Rogue One: Una historia de Star Wars, Luna regresa al teatro no sólo para actuar, pues comparte créditos de producción con Luis Gerardo, Tina Galindo y Claudio Carrera en una puesta que se estrenó en 2015 en Londres y en 2016 en Nueva York protagonizada por Daniel Radcliffe.
La historia se cuenta a través de un escritor que tiene un bloqueo, quien da voz a personajes del mundo digital, políticos, estadistas e incluso filósofos, ya que el carácter documental de la obra se nutre de entrevistas a personalidades como Edward Snowden, caso en el que está basada la puesta. Todo en un ejercicio interactivo con el público, los espectadores intercambian mensajes vía celular con los personajes y se enfrentan a proyecciones multimedia que prometen ser una experiencia sensorial. “Puedes ver Black Mirror y alucinarte, pero se queda en una experiencia personal. Privacidad será un ejercicio donde cerca de 1,000 personas reflexionarán sobre qué los conecta”, expresa Diego.
Vemos el contraste entre el mundo físico y el digital en series y películas, pero llevarlo a escena necesitó de una propuesta flexible y multidisciplinaria; viaja del cabaret al documental y de una experiencia sensorial a una introspección. En esta propuesta visual el divertimento puede convertirse en un acto de denuncia. “Estoy feliz de poder sacar toda la mierda respecto a estos temas. Twitter es el patio de la secundaria; ser actor es mucho más duro que hace 20 años”, dice Luis Gerardo.
Bajo la dirección de Francisco Franco, Luis Gerardo y Diego (alternan funciones), junto con ocho actores en escena interpretan la adaptación de María Reneé Prudencio del texto original de James Graham y Josie Rourke, en la que se incluyeron problemáticas que atañen a México y que conectan con el entorno más cercano del público. “No se tropicalizó el montaje, no agregamos un chingada madre ni canciones de Juan Gabriel; el punto es la perspectiva y la perspectiva es hoy”, explica Diego.
Este viaje por los pros y los contras de la era digital prometen sacudirte y mostrarte que, lo que compartes de tu vida y cómo lo haces conlleva una responsabilidad; sin embargo, lo hace con una escenografía virtual a cargo de Jorge Orozco, que refleja la misma inmediatez, interconectividad y recursos tecnológicos que critica. Lo que demuestra que ningún medio es antagónico, pero el fin y la falta de conciencia de cómo se ocupan sí pueden serlo.