Las estadísticas no mienten: en la escala global, el teatro es el sector cultural más afectado por el confinamiento. Y las palabras de Morris Gilbert, productor teatral, confirman un panorama poco optimista: “en estos momentos ni si quiera me imagino si habrá un regreso, porque se ha prolongado tanto y no tiene un tipo de solución”, dice.
Dado que el teatro vive de la taquilla, la subsistencia es al día; por lo tanto, ante la nula venta de boletos, no hay forma de generar dinero. “Nuestros recursos siempre son mínimos y a duras penas alcanzamos a pagar nuestros gastos. Lo que nos preocupa, por eso, es no cerrar la fuente de trabajo”, explica.
Y ese solo es el caso de la compañía de Mejor Teatro, que es, además, la que más producciones tenía en cartelera en la vieja normalidad. “Me da orgullo decirlo, siempre tenemos en cartel tres, cinco, siete obras y eso significa muchas funciones a la semana, al mes. (...) Pero nosotros, entre todas nuestras obras, hemos dejado de dar alrededor de 500 funciones”, detalla el productor.
Ellos tienen muy consciente que lo prioritario es la salud, y buscarán la forma de estar preparados para cuando sea el momento de levantar de nuevo el telón. Pero como empresa que vive al día, la irresponsabilidad que provoca tantos contagios, también los repercute: “las pérdidas económicas son inconmensurables; el teatro también es una fuente de trabajo”.
A pesar de la adversidad, durante el confinamiento han presentado vía streaming algunas obras, como Mentiras. Igualmente, no han dejado de producir obras presenciales, como Ghost y Pequeñas grandes cosas (en proceso). “Espero que, ya con la vacuna, el teatro pueda volver para decirle al público que no se olvide de nosotros, que vuelvan”, finaliza Morris Gilbert.
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