Corría el año 1983 cuando una pequeña librería especializada en artes escénicas –donde se hacían lecturas dramatizadas que después se convertirían en montajes– se consolidó en lo que conocemos ahora como Foro Shakespeare.
El romántico nombre le fue asignado al foro por el productor y empresario Héctor Fuentes, quien lo bautizó así porque tomó como inspiración la librería Shakespeare and Company.
Se trata de un foro independiente, es decir, sin subvención del estado, que vive completamente del espectador. Michelle Hallar, directora de difusión, nos dice que esto exige para ellos “mayor rigor para tener una programación de calidad que conmueva, que provoque sentir y haga sentir vivo al público”.
El Foro se conforma por un teatro principal con capacidad para 200 espectadores con asientos corridos en tablones largos, un teatro cámara para 30 personas; un espacio llamado “Teatrino” también para 30 espectadores, el restaurante bar El Hamlet (donde se ubica el Teatrino) y una librería especializada en artes escénicas.
También cuentan con un laboratorio de artes escénicas DramaLab donde se imparten talleres sobre actuación, improvisación, dirección y casting.