Per Te es el nuevo espectáculo del creador escénico Daniele Finzi Pasca —concebido como un homenaje a Julie Hamelin Finzi—, cofundadora de la compañía Teatro de la Caricia fallecida el año pasado. En su memoria, el artista suizo y sus colaboradores presentan un espectáculo en el que el espectador verá sobre el escenario la forma en la que un grupo de artistas prepara un nuevo montaje teatral; al mismo tiempo que van y vienen entre el ensueño y la realidad. Platicamos con Finzi sobre este montaje.
Daniele, cuéntanos sobre esta nueva creación que presentas en México.
Es un estreno reciente que está viajando en una larga gira internacional. Es una obra en la que hay un encuentro entre nuestro teatro más íntimo y emocional con las grandes producciones que hemos realizado en eventos como las Olimpiadas de Sochi, Turín o el Cirque du Soleil.
La poesía es el eje rector de esta puesta; sin embargo en cada espectáculo tuyo hay carga poética importante...
Se usa el término poesía porque a veces tratamos de poner un acento en la humanidad, en historias que tocan, conmueven; relatos de héroes perdedores o sencillos que avanzan y libran la vida. Se habla de poesía porque hay una estética; ganas de crear belleza en el escenario a través del virtuosismo de nuestros actores los cuales son capaces de sorprender al público con un gesto acrobático. Una belleza que también toma forma gracias a elementos escenográficos y máquinas escénicas que contribuyen a dejar al público suspendido en la sensación de encontrarse en un ensueño.
¿Qué distingue y conecta a Per Te de espectáculos como La Veritá, el último que presentaste en México con gran éxito?
Tiene la misma contundencia visual que La Veritá, la misma carga de comicidad y de ternura que hay en Ícaro. Este show se encuentra en un punto intermedio entre esas dos obras, que son las que mejor conoce el público mexicano. Con el escenógrafo construimos una escenografía hecha de continuas sorpresas: hay una tempestad de nieve y otra de mariposas volando alrededor de los actores de forma constante, gracias a un complejo sistema de ventiladores que crean corrientes de aire que permiten la ilusión de volar, de danzar frente al público. También el vestuario es totalmente inusual para un teatro físico: los actores son virtuosos en el gesto acrobático y actúan con armaduras medievales que pesan entre 30 o 40 kilos cada una.
Además del virtuosismo técnico, hay una carga emocional muy fuerte en cada obra de la compañía, ¿Cómo lograr ambos objetivos en un espectáculo como Per Té?
Se debe al tiempo que tiene la mayoría de los actores en el grupo; hay un lenguaje en común, una forma y una estrategia en común de estar en el escenario. Una capacidad de estar en la compañía y ser familia. La nuestra es una de las organizaciones que ha sobrevivido al tiempo: entre 30 y 35 años con muchos de los miembros originales de la compañía en los cuales hemos trabajado juntos, de forma armoniosa y de una íntima capacidad de construir juntos.
¿Cómo cae una crítica especializada en una compañía con más de tres décadas de trabajo?
Siempre es difícil generalizar: tengo entre mis más queridos amigos a actores, directores, panaderos y críticos. Hay un diálogo con los críticos que han visto mis obras a lo largo de 30 años y ellos saben detectar e intuir fragilidades y logros. La crítica en los países anglófonos tiene una potencia de convocatoria fundamental: en el Festival de Edimburgo, una buena crítica o tener las cinco estrellas hace que se llene el teatro después del estreno; mientras que una mala crítica puede realmente comprometer a una producción. En los países latinos, la crítica no tiene una resonancia tan fuerte en el público, es una opinión experta sobre el tema, pero deja mucho espacio a la evaluación personal. Hay expertos que a veces sorprenden porque ven elementos que uno ni estaba pensando y hay otros que vinieron de mal humor porque habían peleado con alguien y entonces no logran percibir nada.
México siempre ha sido una escala dentro de tus giras. ¿Qué significa regresar al país?
Hay compañías que son más estanciales y actúan en su tierra, en su teatro. Nosotros somos nómadas. Estuvimos en Budapest, luego en Corea, hoy estoy en Canadá, vamos a México y después volamos a Australia: viajamos todo el tiempo. Pero, como los marineros, hay puertos a los que nos fascina regresar, porque se quedaron los vínculos: hay amistades, el gusto, el placer y el antojo del encuentro. México es uno de esos puertos, la compañía se enamoró del país y afianzó un vínculo muy fuerte con otros artistas mexicanos y con un público que nos conoce bien y con otro que todavía nos quiere conocer: es un puerto amigo.
Per Te. Teatro I, Centro Cultural. Vie 8:30pm, sáb 4:30-9pm, dom 1-6pm. Del 16 de junio al 30 de julio.