Con la luz del mediodía llega Carlos Quezada a su cita en La Teatrería. Una enorme sonrisa en la cara y un fuerte apretón de manos son la forma en que Carlos da la bienvenida. El cantante y actor cuenta cómo pasó de ser un joven que entonaba canciones de Wham! en la preparatoria a interpretar al villano en una de las obras musicales más importantes de la cartelera, El rey león.
¿Cuál fue tu primera experiencia en el escenario?
Canto desde pequeño, en la escuela o en algún festival. Pero a nivel profesional fue en la preparatoria, en Guadalajara, durante un concierto frente a 1,500 personas. Recuerdo que canté “Careless Whisper”, de George Michael. A partir de esa experiencia comencé a hacerlo.
¿Cómo fue tu primer momento en el foro?
Cuando pisé el escenario y las luces se prendieron, comencé a cantar con un micrófono, una sonorización exacta, hasta que de pronto escuché los aplausos del público. Me acuerdo que estaba nervioso y emocionado, pero disfrutaba el foro. Disfrute cantar y bailar.
¿Cómo empieza tu carrera en teatro?
Fue mientras estudiaba Psicología organizacional en la universidad, en algunas obras escolares de teatro musical. Interpreté el personaje del joven Ángel, en Grease. A partir de ese momento, año con año, hice los musicales de Cats, Godspell, Aida, Sugar y Jekyll and Hyde. Después obtuve una beca para estudiar la maestría de teatro musical en Londres, hasta que regresé a México a buscar oportunidades. Ya en México trabajé en I love Romeo y Julieta, dirigida por Manolo Caro (Amor de mis amores, La vida inmoral de la pareja ideal).
¿Cómo llegó la oportunidad de actuar en El rey león?
Pasó después de estar picando piedra durante muchos años. Las audiciones se abrieron cuando yo cubría a Ernesto D’Alessio y a Patricio Borghetti en la obra La era del Rock. Hice casting y audicioné seis veces. Éramos más de 4,000 aspirantes.
Cuando fui seleccionado entré como reemplazo en el papel de Scar, pero unos meses después me ofrecieron el titular. Tuve nuevamente que audicionar para que los creativos decidieran si era el indicado. Finalmente, un día llegaron directivos de Broadway a los ensayos y me dijeron que era el actor seleccionado para el papel. Fue algo indescriptible.
¿Cómo te preparas para interpretar a Scar?
Comienza una hora y media antes de cada función. Hago calentamiento vocal y físico con la compañía. Luego maquillaje y vestuario, caracterización de aproximadamente una hora. Es la parte más difícil porque el equipo lleva mecanismos electrónicos.
Si describieras a tu personaje, ¿cómo lo harías?
Muy inteligente, alguien que sabe encubrirse. Lo veo como una serpiente: manipula perfectamente, más que ser un asesino es alguien que manipula a los demás. Al mismo tiempo, es alguien arrogante pero muy inseguro. Por eso quiere sobresalir y convertirse en rey.
Con las exigencias de esta caracterización, ¿cómo te concentras para darle vida?
Pienso es la psicología de Scar. En su pensamiento y su físico, su corpulencia. Igualmente preparo mi voz. El hermano de Mufasa tiene mucha presencia y es fuerte, pero tiene un registro de voz bajo. Trato de estar muy atento de estas características antes de salir a escena.