Cautivos, cercados por sus inseguridades, enjaulados en sus expectativas rotas: así viven los tres habitantes de este zoológico que no es otra cosa más que una casa del sur de los Estados Unidos en los años 30. El zoológico de cristal es una de las obras maestras y más personales del dramaturgo norteamericano Tennessee Williams, también una de las menos escenificadas en nuestro país.
Bajo la producción de Oscar Uriel y La Rama de Teatro, Diego del Río asume la puesta de esta obra de memoria familiar, aspiraciones, añoranza y fragilidad que se basa en la propia biografía del autor, quien volcó pasajes de su juventud en tres personajes legendarios: Amanda (Blanca Guerra), la madre dominante que echa de menos los tiempos idos; Tom (Pedro de Tavira), el hijo que sueña en convertirse en poeta y Laura (Adriana Llabrés), la hija enferma que refleja su malestar en su colección de figuritas de animales de cristal. Se suma Jim (Mariano Palacios y David Gaitán), amigo de Tom que funge como válvula de escape en la familia. Un pequeño zoológico cuya belleza está a punto de quebrarse para bien de unos y para mal de otros.
El director junto con Paula Zelaya realizó una nueva traducción de la obra —la primera que dirige del autor de Un tranvía llamado Deseo— y reunió a un elenco conformado por actores comprometidos con la escena teatral. “Mi maestro Julio Castillo decía que los políticos, los policías y las mamás son iguales en todo el mundo. Y de ahí la vigencia de esta obra. Amanda es muy peculiar, es muy divertida, pero su humor es involuntario. Hacerla me pone feliz y me tortura”, confiesa Blanca Guerra
"Refleja, afortunada y desgraciadamente, muchos aspectos de cómo vivimos los jóvenes en esta sociedad".
Tras interpretar a personajes como Hamlet, Pedro de Tavira sigue con roles complejos y profundos: “Esta obra refleja, afortunada y desgraciadamente, muchos aspectos de cómo vivimos los jóvenes en esta sociedad”. Por otro lado, Adriana Llabrés, quien posteriormente participará en el Festival de Teatro de Edhimburgo, afirma que su personaje “tiene problemas para expresarse, pero su cuerpo lo hace por ella: cojea, tiene dificultades para respirar, vomita cuando se pone muy nerviosa. Se expresa, pero no de la misma manera que todos”.
La escenografía de Jorge Ballina mostrará las fracturas del pasado de una casa sureña que, en la ficción y en la realidad, intentó retener a una de las plumas más prodigiosas y atrevidas del teatro contemporáneo.
Mientras llega su estreno el 3 de mayo, disfruta de alguna de las 10 obras de teatro que debes ver en abril.