Sabemos que la labor de un dramaturgo no es sencilla, pero aunque el camino sea difícil no es imposible. Y prueba de ello es lo que nos cuenta Jeff Baron, escritor neoyorquino quien con la perseverancia necesaria ha conseguido que sus historias no solo lleguen a la televisión, sino que logren cautivar los escenarios como es el caso de Visitando al Sr. Green, una obra de teatro con dos personajes que ha sido representada sin parar desde su estreno en 1996 en todos los continentes y en diferentes idiomas. Esto es lo que nos dijo Baron sobre el arte de ser dramaturgo.
Siempre tienes la necesidad de contar historias
Uno podría decir que un dramaturgo se hace, y sí. Pero es cierto que también se debe nacer con ello. Desde que era muy pequeño sabía que quería escribir historias. Producía espectáculos en la calle donde vivía a los nueve años. Escribí mi primera obra de teatro cuando tenía 11… así que siempre fui así, siempre fui un escritor.
Debes ser valiente y arriesgarte
Cuando terminé la universidad, necesitaba empezar a ganar dinero de inmediato, no vengo de una familia rica, así que conseguí un trabajo en el mundo de la publicidad. Esa etapa fue muy relevante para lo que hago ahora porque aunque lo disfruté mucho y trabajé con un montón de gente diferente, en cierto punto, dije: tengo que saltar y dejar de hacer esto y empezar a hacer lo que siempre quise hacer. Así que lo hice.
Sabes escuchar
Todo lo que escribo tiene un montón de diálogo y me encanta el diálogo. Es como mi sello. Las personas tienen una manera diferente de expresarse y es tan interesante capturar eso. Puedes tener a cinco personas de la misma edad hablando entre sí, pero cada una de ellas es diferente a la otra. Así que su diálogo es diferente. Me encanta capturar eso.
Tienes control de tu historia y de los personajes
En el teatro tú estás contando tu historia. Nunca traen a alguien para reescribir tu obra, lo cual es muy bueno para un escritor. Y es así como llega a mi vida Visitando al Sr. Green; en el momento adecuado. Estoy encantado de que, después de que escribo algo se siga representando. Me siento orgulloso y eso no me hace pensar “wow, qué gran escritor soy”. Nunca me imaginé eso, pero siempre pensé que mi público sería el mundo. No para alguien en específico. Es un regalo poder vivir la experiencia de que tu obra se siga representando después de tanto tiempo, especialmente en un país que no es el mío. Es muy conmovedor. Es como un sueño hecho realidad. Realmente lo es.
Tu trabajo es inspirar al mundo
El poder de los dramaturgos es inspirar a todas las personas. Poder darles una buena historia, que tenga sentido. Si no tiene sentido, tú, que estás en la audiencia, te ausentas y empiezas a cuestionar esa realidad. Quiero captar tu atención, que escuches la historia que quiero contarte y hacer que el publico reflexione, que se vuelva mi historia parte de ellos de alguna manera. Ese es mi sueño. Que vengas al teatro, estes conmigo y la historia de principio a fin y sientas que haya valido la pena ser parte de esto.
Nunca dejas de escribir y lo más importante, de tomar consejos
Escribes. Terminas. Y muéstraselo a alguien. Es la única forma en que sucede. Tienes que escuchar tus palabras y debe sonar natural. Escuchate a ti mismo. ¿Hubo algo que no te hizo sentido? ¿Perdiste interés? ¿Recuerdas el momento en el que te perdiste? Cuestiona las relaciones, ¿sentiste que si eran hermanos? Y eso te da que pensar antes de volver al texto. Siempre escucha todas las opiniones, pero sigue tu intuición y no tomes todos los consejos. Eres la conciencia de la obra, el eje moral, tiene que sonarte bien a ti. Y nunca dejes de escribir.
Visitando al Sr. Green. Vie 8pm, sáb 6pm y 8pm, dom 5 y 7pm. $660.
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