Llega a tu mesa un platillo con un toque de cruda realidad. El Teatro La Capilla alberga Cena de Perversiones, una obra de teatro que te hará conocer lo siniestra que puede llegar a ser la humanidad. Por más confortable que sea tu asiento, te sentirás incómodx.
Bajo la producción de Gabriela Catalán, la dirección de Ray Nolasco y la actuación de Carlos Miguel. La obra del dramaturgo Eddy Marco Martínez Ramírez cobra vida en un ambiente terrorífico que mezcla sabores, temores y atrocidades.
La realidad perversa en la que vivimos
Cena de Perversiones tiene el atrevimiento de mostrarnos una de las atrocidades más problemáticas cometidas por el ser humano: la pedofilia y el abuso sexual infantil.
Esta obra no intenta ni por un momento emblandecer el tema sino que lo muestra con crudeza y realismo, tal y como sucede.
Expone el sufrimiento de las víctimas y la perversión de quienes cometen esos actos, pero además te hace parte de la obra. Porque como Ben, el protagonista de la obra, comenta: todos somos parte del problema y muy posiblemente habrá en el público personas que hayan cometido actos crueles hacia lo demás o los demás.
El abuso sexual infantil es una de las mayores problemáticas de nuestro país pues de acuerdo con un comunicado del Senado de la República de enero de este año “Cada año 5.4 millones de niños, niñas y adolescentes son víctimas de abuso sexual en México, de las cuales, seis de cada 10 de estas violaciones, se producen en casa y en el 60 por ciento de los casos, el agresor es un familiar o pertenece al círculo cercano a la familia”, posicionándonos así en el primer lugar de abusos sexuales hacia las infancias.
Hablar de este tema resulta sumamente esencial, las infancias merecen tener una vida plena y libre de violencia, aprender a no callar, estar seguras en sus hogares, y ser observadas, escuchadas y validadas por su familia y el resto de la sociedad, que solemos lavarnos las manos de los problemas que suceden fuera de nuestra casa y no procuramos la protección de quienes más lo necesitan.
Vivir la obra
La experiencia de ver una obra de teatro es muy especial pero vivirla y estar dentro de ella te da una sensación completamente diferente, especialmente en un escenario como el de Cena de Perversiones.
Al llegar te piden que te coloques una máscara de cabeza de animal, en mi caso elegí la de una oveja. En seguida pasas al set y te encuentras con elegantes mesas adornadas con platos, dignas de una cena Gourmet, en donde puedes tomar asiento.
Si eres obediente como yo y, a pesar del calor que pueda hacer, permaneces con tu máscara puesta al inicio de la obra, como lo solicitan, verás los primeros momentos de la historia a través de los dos agujeros de los ojos, lo cual sinceramente le da un toque maquiavélico (que por cierto me recordó al thriller psicológico “La Granja”).
La obra mezcla el arte del teatro con el de la gastronomía y a lo largo de la historia Ben te prepara alimentos y bebidas para degustar mientras escuchas sus nauseabundas experiencias.
Cena de Perversiones contiene música en vivo por parte del chelista Ángel Emmanuel Barbeyto, y con la mezcla de luces y sonidos de la ambientación terminas inmiscuidx en la narración del protagonista.
Por mi parte me comprometí tanto con la atención, que sentí un miedo garrafal e incluso en un momento pensé que nos estaban sometiendo a una sesión de toques (pero no se preocupen que al parecer fue parte de mi imaginación).
Con esta gran producción podemos darnos cuenta que hay formas más vivenciales de experimentar la obra más allá de la butaca.
Esta puesta en escena es muy dura y difícil de ver, por lo que al finalizar los creadores hacen un esfuerzo por darle más entendimiento a este tema tan sensible, abren el micrófono a la comunidad e invitan a una experta en el tema a dar una breve explicación. La cereza del pastel para una obra bien hecha, estructurada y de impacto.
En México el teatro es abarrotado cuando se trata de lo comercial pero este arte no solo es un medio de entretenimiento sino una herramienta bastante útil para repercutir en la sociedad y llevar este tipo de problemáticas a la reflexión.
No te pierdas de esta maravillosa obra todos los viernes a las 8PM en la Sala Novo del Teatro La Capilla hasta el 28 de julio. Nos vemos en el teat... nos vemos en la cena.
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