El humano siempre ha soñado con ir al espacio, quizá porque nuestra curiosidad es tan grande como el universo mismo. Pero en nuestras fantasías respecto a los viajes espaciales, pocas veces incluimos caos, y no nos referimos a la presencia de alienígenas antropomórficos, sino del propio humano. Lo opuesto a esto sucede en Bozal, la propuesta de Richard Viqueira que es diferente en casi todo; desde la forma en que puedes disfrutar de la obra, hasta en la historia, que invita a varias interpretaciones sobre la cordura.
La puesta en escena Bozal habla sobre la confrontación que en plena nave espacial sostienen dos hombres, el comandante y el piloto. Ellos son interpretados por Omar Adair y David Blanco, dos jóvenes actores que a sus cualidades histriónicas deben sumar las aptitudes y capacidades dignas de dos miembros de una tripulación espacial, por lo cual recibieron un riguroso entrenamiento cercano al militar.
A estos personajes los acompañas mientras estás suspendido en el aire: sentado o de pie en una plataforma, la escenografía transita en los aires para que te sientas dentro de la nave en donde se desarrolla la historia. Al estar ahí, suspendido, te darás cuenta que se cumplen varios protocolos de seguridad, pues estás asegurado con una polea y se te da un casco de protección para evitar accidentes.
Esto le brinda una emoción adicional a la obra, ya que en ciertos momentos te elevan hasta el punto más alto y en otras te bajan casi al suelo. Pero no te preocupes si eres sensible a las alturas, porque en tierra firme se encuentran unos colchones para que puedas recostarte y observar la acción que ocurre a metros de distancia.
Y además de la sorpresa de transitar por el espacio escénico, Bozal te deja un sentimiento amargo debido a la atmósfera oscura que ocurre a lo largo de la historia; se habla de la locura, la soledad y, claro, la tristeza de perder a seres queridos. Por su temporalidad, todo ello se percibe como una metáfora sobre lo que hemos experimentamos durante la cuarentena y cómo debemos enfrentarnos a la llamada “nueva normalidad”.
La obra que se presenta en el Teatro de las Artes del Cenart se acerca mucho a los sueños de llegar al espacio o de volar.
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