No es sorprendente que Laura Almela, una de las más importantes actrices de la escena teatral, se aventure en un espectáculo íntimo, desprovisto de todo ornamento y artificio: un sillón, un guitarrista y una actriz contando al público las historias que la han acompañado a lo largo de su desarrollo actoral.
La protagonista de obras tan celebradas como Cuarteto, La lección de anatomía, Tío Vania y La belleza, ahora interpreta cuentos de Juan José Arreola, Alice Munro, Graham Greene y otros autores imprescindibles de la narrativa y, sobre todo, del relato universal. Sin dramaturgia y con autodirección, Almela comparte no solamente historias como “La mujer amaestrada” y “Amigas”, sino su decantada técnica al servicio de la complejidad de esos personajes con los que visiblemente la actriz y la mujer se identifican.
La mayor riqueza de este espectáculo es ver a Laura Almela sola en escena, haciendo suyas esas historias que pertenecen al patrimonio literario del mundo. Lo que se antoja y se resiente, es el poder complementar estas historias con testimonios de la relación de esos cuentos con su propio proceso como actriz. Por ejemplo, saber qué personaje literario ayudó a construir a qué personaje teatral, entre otros secretos profesionales. Lo anterior viene a cuento porque es muy claro que este espectáculo es para todo público, pero hay un especial énfasis en que acudan aquellos interesados en el arte dramático.