En 2017 —dos años después del lanzamiento planeado— The Legend of Zelda: Breath of the Wild llegó a la Nintendo Switch para convertirse en el mejor juego de la consola (hay uno que otro que lo considera el mejor de todos los tiempo) debido a sus nuevas dinámicas; su open world, sus dinámicas que van desde recolectar ingredientes para cocinar deliciosos platillos, hasta descubrir lugares secretos y recolectar tesoros.
En BOTW se nos fue la vida —yo en específico, 700 horas de vida—, porque, a pesar de haber salido hace seis años, siempre hay algo qué hacer. La sorpresa fue que después de un DCL, un spin off y varios remakes, en 2019 se anunció en E3 que el siguiente juego de Zelda sería la continuación de BOTW. Desde entonces, todos nos volvimos locos esperando la llegada de Tears of The Kingdom, que hizo su debut el 12 de mayo.
Después de varias horas de juego, aquí te decimos qué nos pareció el regreso de Link y Zelda a Hyrule…
Unos años después de BOTW, nuestros protagonistas enfrentan una terrible catástrofe y desentrañan los secretos de los Zonnan para salvar a Hyrule una vez más. Nuestro valiente héroe inicia su búsqueda por restaurar la Espada Maestra y desafiar a la oscuridad que amenaza con sumir al reino en el caos. En esta entrega, exploramos misteriosas islas en los cielos de Hyrule, donde se encuentran los poderes ancestrales que podrían cambiar el destino de todo.
Recomendado. The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom tendrá su consola Nintendo Switch OLED.