La búsqueda del crecimiento y evolución personal son parte fundamental de la vida de Alexia, una artista que tras años de experimentación encontró el ADN de su marca homónima dedicada al empoderamiento femenino. Dark Romance, Florilegia, Eleanor, Simona, Iris y Verona son los nombres de algunas de sus colecciones que hacen referencia a ello.
El Istituto Marangoni y el London College of Fashion en Inglaterra fueron las escuelas que prepararon a una de las mayores exponentes de la industria a nivel nacional. Su nombre es sinónimo de creatividad y talento, no por nada sus diseños han protagonizado múltiples editoriales, pero no sólo eso también celebridades como Zendaya, Emma Roberts, Leandra Medine y las top models brasileñas Alessandra Ambrosio y Adriana Lima han elegido sus creaciones para grandes eventos.
¿Cómo es la mujer que viste Alexia Ulibarri?
Joven, actual, que se reinventa, delicada y fuerte, fresca y contemporánea, segura de sí misma y que está muy en contacto con su lado femenino.
El estilo de tu marca es...
Delicado y fuerte, aunque últimamente he estado muy en contacto con la tendencia de la magia y tiene un toque surrealista.
Realizaste tus prácticas profesionales con María Grachvoguel y Tata Naka ¿Cuál fue el mayor aprendizaje que te llevaste de aquella experiencia?
Fue algo memorable, increíble y enriquecedor. Trabajé con María un año y aprendí mucho de su manera de realizer el bespoke y de como trabajaba con el cuerpo de cada cliente y la realización de cada desfile. El tenerlas como mentoras me ayudó a ver la realidad del día a día de un diseñador. Además entendí el proceso de trabajo, lo cual me preparó para entrar a una industria tan complicada.
Después de terminar tus estudios y comenzar tu marca homónima ¿Cómo ha sido el cambio desde que comenzaste en la industria?
Al principio fue muy experimental para hacer marca y para empezar a vender, tuve que hacer mucho hecho a medida antes de entender el proceso de la industria. Ahora sólo confecciono vestidos de novia como en tema bespoke, actualmente todo es mucho más industrializado.
De todas las colecciones que has presentado a lo largo de tu carrera, ¿cuál ha sido la más memorable?
Florilegia, presentada en 2010. Recuerdo que no tenía la estructura financiera para sacar una colección con telas importadas y no contaba con muchas opciones de materiales. Así que fui al Centro y encontré un estampado de flores antiguas que me encantó y con 10 mil pesos saqué una colección completa. Es el proyecto que me más me han aplaudido en un desfile. Fue un momento muy satisfactorio ya que toda la creatividad tuvo que salir por la falta de recursos.
¿Qué es lo que más disfrutas de ser diseñadora?
El conectarme con mi ser creativo, es algo que me deja mucho más plena en la vida y no lo cambió por nada.
De todas tus creaciones, ¿cuál es tu pieza favorita?
Una chamarra de piel estilo biker con estampado de avestruz, la cual me permitió romper ciertas barreras personales que tenía con el ADN de la marca, dejar atrás el estilo dulce y experimentar con toques más roqueros y andróginos. La he perdido dos veces y me la he vuelto hacer, sino fuera mía la compraría.
¿Cuál es el mayor reto en la industria al ser una marca mexicana?
Elaborar un plan de internacionalización y tener la estructura suficiente en el país, por eso hay que consumir moda mexicana, para después tener una influencia muy establecida a nivel nacional para empezar a exportar. Es importante que nos conozcan fuera y que empecemos hacer esa transición de lo maravilloso que es México y nuestras creaciones se vuelvan un equivalente de compra a una marca de LA, Londres, Nueva York o París.
¿Cuáles son tus próximos proyectos?
Seguiré colaborando con Hasbro y My Little Pony, la colección estará a la venta por un año en Liverpool. También impulsaré la renovación de mi página web y el crecimiento de mi submarca Flora, especializada en vestidos de noche a precios accesibles y de gran calidad con diseños muy lindos.