Bazar El Oro

A unos pasos de la Glorieta de Cibeles, en la colonia Roma, una hilera de toldos blancos y rojos ocultan accesorios para celular, cigarros electrónicos, pipas para fumar mariguana, plantas, llaveros y quesos. Incluso podrías darte un masaje, cortarte el cabello, comer un churrasco argentino y comprarte un selfie-stick en el Bazar El Oro.

Bautizado así por su ubicación, en el callejón El Oro (entre Medellín y Monterrey), este tianguis es un lugar de tradición, pero al igual que la Roma, ha sido cooptado por el nuevo perfil económico de sus habitantes, quienes han transformado su apariencia.

Así que además de ofrecer la clásica fayuca (discos, tenis, bolsas y películas), se han instalado puestos de ropa acorde a los vecinos del lugar. Como el de las playeras con los populares estampados de Frida Kahlo y Vogue; el de flats de perros y ratones, y un puesto con una gran variedad de calcetas y medias con todo tipo de decorados: corazones, bigotes hipsters, leopardo, puntitos, rayas y un gran etcétera.

Para las visitantes hay muchas opciones de maquillaje, sexy lencería, zapatos  –¿qué tal unos crocs o unos “Toms”?– y vestidos de noche que van de los $300 a los $800. Además de bisutería hecha a mano: anillos, pulseras, collares y aretes.

Inciensos, gatos chinos de la fortuna, budas, amuletos para el mal del ojo también tienen cabida entre electrodomésticos, sartenes, teteras y cafeteras para hacer espresso. Todo lo que un vecino de la Roma puede necesitar.

Para los consentidos del hogar -entiéndanse las mascotas- hay una gran oferta: suéteres, camas, juguetes, comida, premios, placas a las que se les puede grabar su nombre y disfraces para que se luzcan mientras pasean.  

Si estás buscando un regalo, este bazar puede sacarte del apuro. Hay un puesto de jabones orgánicos (los de romero, kiwi y manzanilla son una delicia) en el que la chica que atiende puede explicarte todos sus beneficios y ayudarte a armar un bonito kit con esponja exfoliante incluida. O el de plantas y macetas que ofrece orquídeas, patas de elefante, cactus y otras plantitas miniatura perfectas para adornar un rincón de la casa o la oficina. También hay dos puestos de chocolates para que regales –o te regales–  una dotación que incluya blancos, amargos, trufas, enjambres o con nueces.

Por si fuera poco, hay un pequeño negocio para los fans from hell de The Beatles con artículos de la banda, como juguetes, discos, videos, stickers y posters. Vale la pena echarse un clavado y descubrir qué joyas hay por ahí.

Si llega la hora de comer, el bazar tiene un área de comida que va desde barbacoa, quesadillas, carnitas, huaraches, tortas, tacos hasta crepas de jamón serrano o de galleta oreo, pasando por falafels y kebabs. Pero si sólo quieres algo para refrescarte, busca los raspados y las chamoyadas.

Como buen lugar de la Roma, el tianguis cuenta con un café (justo al centro) donde también venden hot cakes, chapatas, bisquets, bagels y baguettes.

Si no eres de comprar, pero ya te arrastraron hasta ahí, aprovecha el tiempo y córtate el pelo ($150 mujeres y $100 hombres, incluye un tratamiento de keratina) o déjate consentir con un masaje terapéutico por $100.

Entre semana el callejón sigue teniendo vida. Los miércoles se instala un tianguis de comida para satisfacer a los oficinistas de la zona.