Quién diría que entre el ir y venir a Maria Fortunata, una de mis tiendas de postres favoritas, encontraría este increíble spot para darme gusto con mis antojos preferidos. Bastó con echar un vistazo a su menú para convencerme de entrar y disfrutar la experiencia; la palabra clave fue: “chilaquiles”, mi mayor y más grande placer cuando del desayuno o brunch se trata.
El espacio se compone de una cocina abierta con una gran barra que resguarda algunos ingredientes, las comandas y chispazos de naturaleza en forma de plantas; un mix and match del mobiliario que rodea la banqueta como una escuadra, en los que destacan la madera, el mármol y la herrería; me fascina el bañito de sol al medio día y lo cómodo del lugar para disfrutar la experiencia a cualquier hora.
Larga vida a los restaurantes que son all day breakfast, y Vlüm no es la excepción. Dentro de su menú destacan una variedad de emparedados, opciones saludables como su tosta nutricional (pan de 14 granos, aguacate, huevo estrellado, queso de cabra y pesto), antojos dulces como sus waffles belgas (con queso crema, nutella y/o coulis de frutos rojos) y platos monchosos como el desayuno de la casa (huevo estrellado, salchicha asada, tocino, panela, jitomate asado, champiñones, aguacate, frijoles puercos, papas campesinas, chilaquiles sencillos y pan tostado).
Pero la estrella del lugar es ese plato que me motivó a entrar: los chilaquiles, ya sean en versión crunchy o aguaditos; puedes elegir entre cinco salsas y seis proteínas, y van servidos con crema, mix casero de quesos, cebolla encurtida, cilantro y aguacate.
Mis opciones favoritas en Vlüm son los chilaquiles de aporreadillo (cecina, frijoles negros y huevo) con salsa morita, los amo crujientes, con todos sus complementos y, para hacer de mi experiencia una ganadora, me gusta agregar un latte mediano deslactosado. Si van el fin de semana no pasen por alto los chilaquiles de barbacoa con salsa morita, los amarán; como verán no se necesita mucho para ser feliz y estos chilaquiles son un delicioso cachito de alegría.
En Vlüm son amantes de la diversidad y la pluralidad por lo que el espacio se siente muy seguro e inclusivo: todos somos bienvenidos. Me encanta que tengan opciones para todas las preferencias alimentarias (keto, vegano u opciones súper saludables para aquellos que le hacen al fitness) y cada platillo está hecho con productos e ingredientes frescos, de gran calidad, provenientes de proveedores locales y siempre guiados bajo la premisa de consumo local y justo; Vlüm es de esos rincones en los que la buena vibra se contagia; eso se nota en la forma que todo su staff disfruta la chamba y en la atención en el servicio.
Ángel Zavaleta (Comelón)