Este lugar no está a la vista, debes bajar unas escaleras que te llevarán a una recepción con estilo fresco y moderno. Treze con Z, del chef Francisco Campuzano, es de cocina muy a la brasas pero con un concepto goloso. Encontrarás tonos en verde que bañan delicadamente algunas sillas y marcos de ventanas, discretamente decorado por plantas y luces bajas que dan un toque cálido. Pero lo que más robó mi atención —y corazón— fue el mural al fondo hecho por la artista mexicana Sofía Castellanos, que fusiona el concepto del lugar: cómodo, natural y funcional.
En la bien surtida sección de coctelería puedes elegir entre un mezcal preparado estilo margarita —de manzana, tamarindo, frutos rojos o maracuyá— o jugo de piña escarchado old fashion con tajín, limón, naranja, tequila y soda de limón. Como primera parada fue un aperitivo de lechuga rebosada y aderezo de chipotle crujiente, cortesía de la casa que te ambienta en la mezcla de sabores.
Disfruté de un papardelle con mariscos que se deshizo en mi boca en cuanto lo probé: la mantequilla y toques de limón que sazonan la pasta, el pulpo, los camarones y mejillones hacen que desees seguir comiendo aún cuando la porción es bastante generosa.
Terminé con el volcán treze de chocolate y avellanas que desde el olor anticipa una gran promesa: el chocolate amargo y caliente se derrite con las avellanas dentro de una galleta alta y con fondo. Los sabores de la tierra y mar aterrizaron en un espacio que gusta de ver a comensales felices.