Al entrar se me olvidó que estaba en la antigua cochera de una casona porfiriana. El diseño florido y muy amarillo definen la decoración de Tres Abejas, la cafetería del Museo Soumaya Casa Guillermo Tovar de Teresa.
En la pared pintada a mano por nada menos que la sobrina de Tovar, Leonora Tovar (fundadora del lugar), hay frases como las que siempre usa mi mamá, “Pocos pelos bien peinados”, e incluso del mismo historiador, “Celebrar el arte es reconocer su fuerza transformadora”.
El amor por la repostería en Tres Abejas es el distintivo, pero también hay opciones saladas, como el croque monsieur preparado con dos esponjosos waffles, combinación ganadora con el queso gratinado. Lo acompañé con un reconfortante mocha con chocolate belga.
La vibra tan elegante y afrancesada te incita a pedir macarrones, mismos que para mi tino se habían terminado, así que fui por el pastel de almendra sin harina. El toque almendroso era bastante fuerte pero la frambuesa equilibró los sabores.
A la salida, decorada con flores colgantes, me regalaron una bolsita con café recién extraído para llevar alegría a mi casa. Tres Abejas demuestra que con miel y mucho cariño, el corazón termina contento y la barriga satisfecha.