Puede que existan muchas opciones para comer pizza o para pedirlas a domicilio en el norte de la CDMX, pero pocas son como las de Tommy. Se trata de una pequeña cadena local de pizzerías que aún mantiene el aroma y el sabor de lo casero.
Va más allá de ser una pizzería que te lleva a casa, el local de dos pisos está genial para una tarde de fin de semana con la familia. Las butacas son perfectas para echar novio, sobre todo las del segundo piso y en Tommy Pizzas venden yardas de chela (lo leíste en Time Out México). La decoración tiene cabida en esta mención porque es, a menos que tú decidas lo contrario, un tanto ecléctica; algunas mesas tienen el mantel típico de una trattoria, ya sabes, rojo a cuadros, otras unos similares a los que usan en las cafeterías de cadena mexicanas, también hay una bomba de gasolina Texaco, cuadros de Elvis Presley y un refri sesentero de Coca Cola. De pronto no supe si quería una pizza, unas enchiladas Sanborns o una malteada; el caso es que el lugar tiene personalidad y es galán.
En materia de pizzas la cosa se pone complicada porque hay de todo en el menú. Además de las clásicas pepperoni y hawaiana, comencemos con las 14 especialidades, de las cuales sobresalió la máxima que lleva todas las carnes frías, champiñones, cebolla, pimientos y queso extra. La masa es delgada así que puedes comerte media pizza hasta sentir que comienzas a quedar satisfecho. La salsa de tomate se esconde debajo del queso, que es bastante así como el resto de los ingredientes. La gran ventaja de Tommy Pizzas contra otras pizzerías es que no escatiman con los toppings.
Otra especialidad que se te puede antojar es la ranchera con frijoles, chorizo, jalapeño y cebolla, o la de chilorio, una preparación sinaloense de carne de cerdo adobada y deshebrada, que además no es común encontrarlo en una pizza. Los martes son 2X1 en pizzas, aprovéchalo para incluir en tu pedido una pizza postre con lechera, piña, durazno y cerezas.