En botánica, la tira-savia es la parte fundamental para que un árbol crezca tras la poda de elementos dañinos, revitalizándolo. En Bucareli, Tirasavia es un café en donde te sucederá lo mismo: en los tres meses que tiene abierto, se ha logrado afianzar como una grandísima opción para los que buscan desconectarse (aunque sea por un momento) del agitado mundo citadino, propio del Centro Histórico. Antes de pasar a la oficina o la escuela, recarga energía aquí con un desayuno, o aprovecha el brunch sabatino para relajarte con tus amigos.
Desde que entras, las enredaderas, macetas colgantes y sonidos selváticos te transportan a un ecosistema muy diferente al urbano. Aquí todo es verde, hasta el agua tan fresca que te sirven con una ramita de menta. La carta mantiene esta sensación de “sanación”, y aunque es sencilla (huevos, chilaquiles, sándwiches) es sumamente antojable.
Los huevos turcos son una delicia y su salsa de yogurt, nuez y ajo es perfecta para chopear
el pan. El sándwich de verduras rostizadas es una manera divertida de introducir aún más elementos verdes a tu dieta.
Para la hidratación hay opciones de todos los gustos, como la soda de jengibre, canela y limón, que además de saludable es muy rica. Si se te antoja un café, el tirasavia endulzado con miel y un toque de chocolate tiene el balance adecuado de sabores. Tienen un cold brew que infusionan durante 72 horas (cuando normalmente es de 18 horas).
La filosofía que reina aquí es “enaltecer la naturaleza y a los seres”, por lo que el comercio justo con productores locales es uno de los ejes centrales, como el café traído de Coatepec. No podía faltar algo que endulzara nuestro día; ya sea la panacota o el postre del día (no olvidaré la deliciosa crème brûlée), es la cereza en el pastel de esta acogedora esquina.