Esta cafetería y lonchería moderna en la resucitada colonia Juárez se ganó (parte de) mi corazón desde antes de sentarme a comer, con su huerto-jardinera, la discreta decoración de Mob Estudio, las fotos y piezas de diseño que venden y las conservas que preparan ahí mismo.
Prueba sus bowls y toasts, los cafés de Buna, tienen tés de Tomás Té y desayunos que además de sustanciosos, se sirven hasta las 2pm, lo cual me parece ideal para esos fines de semana de noches largas y divertidas.
La otra parte de mi corazón se la ganaron con su fresca limonada con vainilla natural, la jugosa hamburguesa con mantequilla de perejil, echalote y queso gouda, y el sándwich de arrachera con chimichurri y aguacate, algo difícil de comer, pero abundante y sazonado con cuidado. La ensalada de berza (kale), quinoa, jitomates rostizados y queso de cabra quedó a deber, pues el queso de cabra era casi indetectable (amablemente le pusieron más cuando lo solicité) y el aderezo algo insípido y escaso, pero mi alegría regresó con su galleta gigante de chocolate (que se desborda a cada mordida) y sal de mar.
Teo abraza muchas de las tendencias gastronómicas y de los cafés en boga, pero por fortuna tiene con qué sobrevivir cuando cambien los vientos.