El resultado de sentirte envuelto en maderas –en paredes, techo, anaqueles, sillas y mesas– de distintos tonos, frasquitos de colores y aromas herbales, es entrar en una hipnosis vegetal. Una vez que entres a una casa de té de este calibre no hay vuelta atrás: serás un vicioso y adicto a la clorofila.
No te preocupes porque de esta droga no necesitas rehabilitación, sino todo lo contrario; compra, infusiona y bebe la cantidad de tazas que se te dé la gana, cada hora, día o semana. Si bien la teína es la sustancia que te alborota (como lo hace la cafeína), los beneficios a la salud son interminables. Desde tu sistema neurológico, hasta el intestinal, te agradecerán una dosis intensa de camellia sinensis (planta de té).
En esta tienda de tés tienen de todos los colores, sabores y olores. De hecho, cuando pasé la mirada por sus anaqueles con formas de rombo y repletos de distintos tipos de té, me sentí desesperado, ¿cómo le hace la gente para decidir cuál comprar?, son demasiados. El mundo del té, así como el del vino, es un trabajo constante de prueba y aprendizaje. “No existe el té de limón”, escuché a un cliente decir, “esas son infusiones”. Supe que estaba entre expertos, porque en realidad el té es solamente la bebida a base de estas hojas. Pocos lo sabemos, pero no importa, nos encanta.
Siempre he preferido el té negro y partiendo de ahí la encargada me recomendó el nougat, para probar esa mixología del té que los ha vuelto tan solicitados en esta zona. Es una bebida poderosa, por decir menos, pues es oscura como la noche, astringente cual cáscara de plátano verde y aromática como una mandarina recién pelada. Suena raro, pero es delicioso porque todos los sabores se mezclaron en caliente, lleva almendra así que tiene un toque dulce que logró amalgamar el resto del trago. Saben lo que hacen porque la hoja del té infusionó sólo el tiempo requerido y no más (se nota en el amargor del agua). Pregunté si llevaba alguna especia, pues lo sospeché, pero lo negaron rotundamente.
A la próxima, tendré que pedir el té passion, en frío con maracuyá y fresa; me late que es afrodisíaco. También tienen bebidas semanales, como un slim tea con oolong (té azul), ideal para bajar de peso o un matcha para movilizar la neurona.
Puedes pedir una taza (en alguna de las que venden), o llevar el té a granel; té verde, blanco, azul, negro y rojo. El medio kilo de té verde, por ejemplo, cuesta 750 pesos, según el tipo.
La propuesta de Teatique va más allá del té. Tienen toda una gama de superalimentos (superfoods) como para que nunca te oxides y seas inmortal. Le puedes agregar estos o tónicos a cualquiera de sus infusiones.
Si tu adicción por el té ya está bastante avanzada, aquí encontrarás tu dosis preferida y hasta es posible que te sorprendan con algo nuevo. Si no sabes de qué va todo el rollo del té y de los antioxidantes, no importa porque la encargada se sabe de todas, todas y te convencerá de que te contagies de la pasión por la infusión.