En la Ciudad de México encuentras en cada esquina tamales, pero no siempre cumplen con el sabor ni respetan los ingredientes como en Tamales Madre. Un –pequeño- local en la Juárez, donde todo es una experiencia. Para entrar tienes que subir un escalón y después bajar hasta encontrarte con una mesa gigante de madera en medio las vaporeras (ollas para hacer tamales).
El lugar es pequeño porque solo caben 10 personas sentadas, pero el espacio que sobra lo utilizan para la preparación de los tamales. Verás a los cocineros trabajar en nuevas recetas y emplatados y preparar las bebidas.
Los tamales los hacen con maíces criollos nixtamalizados diariamente, lo que te garantiza la frescura de cada producto. Logran combinar la tradición con la modernidad en cuanto a la presentación, algunos ingredientes y técnicas.
Para comenzar pedí un tamal de nuez, acompañado de natilla de cajeta ($62) ¡Qué delicia! El tamal tenía mucha nuez, un color perfecto y sabor excepcional. Era evidente que la nuez aportaba textura, y la natilla (parecía más salsa) el dulzor para equilibrar. El tamaño es mucho más pequeño que los comunes, así que dos tamales son perfectos.
Después pedí el de pollo y miltomate ($55), lo sirven con salsa de tomate y verdolagas. La salsa no pica y no tenía bastante pollo, con un tamal súper esponjoso que valía cada bocado. Tienen muchos sabores como cacao, mole, pasilla, frijol y cada mes presentan un especial.
Tamales Madre ofrece un lugar para disfrutar un buen tamal con ingredientes de calidad, además de ser una opción para todos los gustos, incluidos veganos y vegetarianos. Acompaña tus tamales con un chocolate con leche ($48) o agua, porque es el equilibrio perfecto, no aumentará el dulzor de ningún tamal y se combinará bien hasta con los picosos.