La palabra xilotl viene del nahua, y significa maíz tierno. Y en platillos con maíz, la autoridad está en Taller Xilotl, la nueva antojería de pescados y mariscos en la Juárez.
Dentro de la cocina de Taller Xilotl está en chef Alberto Harwy, que inició este proyecto con su pareja, Felicitas Binder. El concepto es un lugar de antojitos (obviamente, de maíz) con pescados y mariscos frescos, ricos y bien hechos que puedes acompañar de vino, chelas artesanales o cocteles.
No sé si será por el tamaño del local, en donde caben solo 12 personas, o porque Alberto está en el restaurante todo el tiempo, pero Taller Xilotl se siente un poco como visitar a tus cuates, que ponen música increíble siempre y que, albricias, cocinan muy, pero muy bien.
Comenzamos la comida con tres salsitas dispuestas sobre la mesa: alioli de habanero, picante y riquísimo, salsa macha y una salsa de hormiga chicatana. Esta última quedaba increíble con el primer taquito que probamos: el de pulpo en salsa de cacahuate y cebollitas. Un guapísimo tentáculo, cocido a la perfección, montado sobre una tortilla hecha a mano. Y si eres de los que concuerdan con el precepto de que un buen taco no cierra de lo lleno que está, los de Taller Xilotl te van a encantar.
Le seguimos con el taco de camarón enchipotlado, cuya salsa me hizo recordar a las que hacía mi abuela: cremosita, con el picante justo y que bañaba sin penas al camarón. Luego siguió uno de los tacos favoritos de la noche: el de chile güero relleno de pescado del día (a nosotros nos tocó sierra) con una costra de queso. Este taquito es jugar a la ruleta rusa mexa: ¿picará el chile? hasta que lo pruebes, sabrás. A nosotros sí, nos tocaron harto picosos. Y qué rico.
Aquí los tacos le hacen honor a nuestra tradición taquera defeña: de tortilla chiquita, para que te puedas comer varios. Pero eso sí, vienen con abundante relleno. Se nota que las tortillas son hechas en casa, y que cuidan la calidad de la materia. Además de tacos hay gorditas, tamales y risottos. Y, por favor, no te vayas sin probar la entrada: el callo de hacha en salsa de mantequilla.
Tampoco te puedes perder, por todas las diosas, el postre, que cambia todos los días. A nosotros nos tocó una mousse de coco rellena de maracuyá, que venía con un señor helado de pimienta rosa y, para el componente crujiente, unas obleas de chocolate. Si fuera poeta, le escribiría una oda a este postre, pero como no lo soy solo les diré que ha sido, sin temor a equivocarme, de las creaciones más ricas que he probado en los últimos meses.
Les garantizo: Taller Xilotl es el lugar para probar antojitos marisqueros ricos, pero también para recordar que nuestra cocina tradicional compleja, tan familiar como elegante y, sobre todo, para confirmar que las comidas más significativas ocurren en los lugares menos esperados.
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