No es que hiciera falta un restaurante de parrillas en la Narvarte, mucho menos a unos pasos de negocios tan famosos como El Vilsito o Pinche Gringo BBQ, pero pronto, este local supo posicionarse entre vecinos y carnívoros en general.
Si no eres fan de los cortes de carne hay sopas, pastas cocinadas correctamente y ensaladas de porciones generosas, así como entradas que coquetean con el estómago antes de recibir a su majestad, la carne. El queso asado te llega apenas sosteniendo su forma original, le haces un corte y se desparrama en derretimiento. Los espárragos envueltos son una buena opción también.
Saben respetar los términos de la carne y la sirven de manera escandalosa, aunque funcional. Va en un anafre con carbón, para que ningún elemento se enfríe: chile jalapeño entero, nopal, papa al horno, calabacitas, dos tipos de cebolla (morada y cambray) y jitomate. Si llegas en grupo o con mucha hambre, la parrillada es la mejor opción.
Mención aparte merece el servicio, después de un par de visitas ya saben tus preferencias y tu nombre, como en las fondas de barrio. Un último tip es que consideres este lugar en tu cumpleaños, si vienes acompañado no pagas nada.