Si estás en Roma, bebe como los romanos; así dicta la regla no escrita del turismo italiano. Pero estamos en la Ciudad de México, a unos pasos de la Glorieta de la Palma y ante un edificio llamado Casa Niza con puertas de espejo cuyo interior relumbra por la blancura del mármol. Al parecer todos los caminos condujeron a Salve, destino cafetero y panadero cuya barra y cocina actúan como lazo entre México e Italia.
El símbolo gráfico de Luperca te recibe— la loba que según la mitología romana cuidó de Rómulo y Remo, fundadores de Roma— y te abre camino hacia las cinco estaciones que conforman Salve: una de crepas, otra de panadería, de marquesitas, de sándwiches y de café de especialidad. A esto le denominan “gastronomía en movimiento”.
Todo es hecho en casa, como el pan marmoleado que envuelve al roast beef con queso y churcrut para obtener el sándwich Reuben; otro salado consentido es el croissant con jamón serrano. Para las marquesitas usan la receta original con relleno de queso de bola y salsa dulce a elegir, mientras que en crepas la de arroz con leche y lechera se lleva las palmas.
Como estrellas de la casa están el brew bar y la panadería. El primero cuenta con diferentes métodos de extracción: V60, chemex, prensa francesa y aeropress, mientras en opciones de cold brew encuentras uno de cuerpo suave con crema o de tonos cítricos y atrevidos con el brew tonic a base de agua tónica con limón amarillo y lavanda. Quienes tengan especial afecto al café corto pueden pedir el submarino, espresso con una barra de chocolate o el de panna que lleva crema batida.
Aquí y en Roma una buena taza de café se acompaña con una pieza de pan, y en Salve lo hornean con especial atención al sabor de cada ingrediente: desde la cremosidad del relleno chocolatoso de una concha, hasta la acidez en su punto del betún del panqué de limón y poppy seed.
Los amantes del pan dulce encontraron su mina de oro (o de azúcar), y para aquellos en busca del salado hay pan brioche, baquette rústica y pan de espinaca. Se recomienda beber como romano y probar como buen comilón citadino para asegurar la experiencia Salve.