Es el restaurante estelar del hotel Hyatt Regency Mexico City, con el chef ejecutivo Alejandro Escudero y Sergio Zolozabal a cargo. Los platillos y las técnicas de preparación de la cocina son latinoamericanos, con carnes a la parrilla, sopas, panadería y productos frescos como ensaladas y ceviches; todo enfocado en regiones de México, Argentina y Perú.
Todos los días son de buffet (6:30-11am) con una impecable —e impresionante— selección de platillos, por $450 entras directo al paraíso. Hablamos de pastas como ravioli en salsa de avellanas u orecchiette con parmesano y salchicha de cerdo a la parrilla; pizzas; sándwiches con verduras al grill o carnitas, carnes y pescados con salsas a elegir; entradas como sopas con mariscos, tablas de carnes frías y quesos; ensaladas con alcachofas y jamones artesanales; antojitos mexicanos como tacos de cochinita o pastor; estación de huevos con infinidad de opciones a elegir; y lo mejor de todo, el ceviche bar, con lo más fresco de las especies de atún aleta amarilla y callos hacha. El único problema que tendrás es la falta de un poder sobrehumano para probar todo, si lo logras avísanos.
La máxima expresión del hedonismo culinario, o para sodomizar tus sentidos de la vista y el gusto, la encuentras los domingos en Rulfo Paraje Latino con su brunch dominical, sin duda el estandarte de Hyatt Regency para presumir de tener el mejor buffet de horario extendido con barra libre de champaña de la Ciudad de México. Si les preguntas a ellos cuál es la diferencia en opciones del menú entre el buffet regular y su Domingo de Gloria, dirán modestamente que el brunch es más completo. Pues vaya que lo es, sobre todo en la barra de mariscos con king crab, almejas reina y salmón; las pastas y las carnes; y las opciones orgánicas y veganas. Muchos dirán que la corona la lleva puesta la barra de postres (del repostero Miguel Gómez) con sus más de 30 opciones dulces para morir feliz por una sobre ingesta; yo lo pongo en tela de juicio, porque todas las barras frías o calientes dan la misma exquisita imponencia. Los precios suben, pero se justifican detalladamente: $750 brunch regular, $950 con vino espumoso y $1300 con champaña, toda la que quieras.
No hay nada que decir con respecto al servicio en mesa pues es impecable, la música jazz de fondo te relaja y te permite comer más, es decir, si tuviera que buscarle un contra a Rulfo, sería que no puedes quedarte a vivir en el comedor y disfrutarlo todos los días. En fin, una opción de 5 estrellas Time Out ganadas enérgicamente.
Tip: Lleva todas las ganas que tengas de comer.