Nuestra querida Narvarte tiene un potencial enorme para dar cabida a nuevas propuestas gastronómicas; los chicos de Rudo lo saben porque son del barrio. De entrada, amamos todo proyecto joven que incursione fuera de la Roma-Condesa, pero este pequeño local, ubicado en una calle muy tranquila frente al parque Las Américas, es una de las nuevas joyitas de la colonia.
Al revisar el menú notarás una gran influencia de las cocinas de Japón, China y el sureste asiático; hay springrolls, ramen, arroz frito, sandos...en realidad se compone de una mezcla de todos los restaurantes por donde pasaron Gabriel y Frida, dos jóvenes chefs que ahora se divierten en Rudo con los sabores que les gustan. Por ejemplo, los postres son pop tarts caseras, sí, esas galletas rellenas de fruta que comíamos de niños viendo la tele.
Antes de seguir con nuestros favoritos, hay que advertir (jamás es queja) que aquí los platos son bastante grandes, así que entre más personas, probarás más cosas. De las entradas, el springroll de shortrib es el estelar, la hoja de trigo frita no es demasiado pesada y te deja saborear el relleno de estofado de res y hongos que, según nos explica Gabriel, está hecho con un "fondo maestro" cocinado por días para darle un sabor muy profundo a la carne.
Si buscas irte del lado más saludable, pide los rollos vietnamitas rellenos con verduras, semillas y hierbas aromáticas frescas. Saben aún mejor si los remojas en la salsa de cacahuate, que es su versión de la salsa Sambal (pasta de chiles que se usa en Singapur e Indonesia).
El otro gran descubrimiento del día fue el Tamago Carbonara —en el que voy a pensar en esta época cuando requiera calorías para aguantar el frío—. Es un híbrido entre la textura cremosa de una pasta carbonara pero con el toque picante de los fideos asiáticos instantáneos. Lleva huevo estrellado, panko frito y panceta de cerdo de la casa. Sumamente monchoso y adictivo.
Tal vez te estés preguntando por el tema del picante, pues de los platos que probamos, estuvo presente pero nunca llegó a enchilarnos demasiado. Como te adelanté, para cerrar tienen los pop tarts, como la de temporada, rellena de compota de naranja, con una bola de helado y coronado con un pequeño —y tierno— pan de muerto.
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