¿Quién no conoce a “los chupas”? Su leyenda comenzó cuando esta taquería dominaba las banquetas de afuera del Metro Coyoacán. Desde hace un par de años, se movilizó el puesto al bajopuente de Churubusco. Lo que siempre ha perdurado es su sabor ¡están a toda madre!.
El concepto de los bajopuentes se volvió famoso desde hace tres años. Esos sitios oscuros de pronto se tornaron en espacios para albergar estaciones de Ecobici, pequeños parques, restaurantes y bares ideales para tu hora de descanso en el trabajo o para fiestear. El ir y venir de los comensales, sobre todo en el bajopuente el localizado entre Palmas y Masaryk, se ha vuelto un verdadero oasis pese a la orquesta de tráfico en Periférico. Germán viene aquí por la cercanía con su oficina, él es actuario; lo que más le gustan son los paninis y las pastas. “Se ve más nice, la verdad, antes ni lucía”.