Todas las cocinas de México son complejas y deliciosas. Pero definitivamente un referente tanto dentro como fuera del país es la cocina poblana, la misma que nos regaló el platillo de las fiestas patrias por excelencia: los chiles en nogada.
Cuando llegaron los conquistadores, Puebla se convirtió en una ciudad para españoles que no gozaban del privilegio de tener encomiendas. Este lugar, fundado como Ciudad de los Ángeles, fue el paso obligado para la mercancía que llegaba de Europa y desembarcaba en Veracruz, y también para los productos asiáticos que llegaban a Acapulco en la Nao de China.
Gracias a ese ir y venir, la ciudad de Puebla se convirtió en un lugar mestizo. Eso se nota en la arquitectura, la ropa y la comida poblana. Lo interesante de esta cocina es que las principales influencias que podemos notar en ella son la árabe o andaluza, que trajeron los españoles tras varios siglos de estar bajo dominio árabe, además de la indígena.
La cocina poblana se caracteriza porque, durante la colonia, el cerdo se comenzó a producir de manera masiva. Y eso se nota hoy en la comida cotidiana. Y también por la cocina conventual: los conventos fueron casi laboratorios donde las monjas probaban recetas nuevas, tanto de dulces como de platos fuertes y bebidas.
Entre pipianes, manchamanteles, moles y nogadas, los platillos de la cocina poblana marcan el cambio de temporada: todos se producen con los ingredientes que se cosechan en las épocas del año en los que acostumbramos consumir esos platillos.
Y como de hablar de tantas cemitas, chileatoles, chalupas y jamoncillos ya nos dio hambre, aquí te dejamos los mejores restaurantes de cocina poblana de la CDMX.
Te recomendamos: Dónde comer tacos de cecina en la CDMX