Restaurantes para iniciar o terminar con la pareja

El ambiente que envuelve a este restaurante es elegante, mucha madera y una terraza con vista a Reforma. Te puedes poner romántico o serio. Los platillos son vistosos, ricos y cuantiosos así que es buena opción colocarlos al centro y compartir. La cocina italiana es ganadora para conquistar por el paladar y aquí es territorio siciliano. Pide el carpaccio di manzo con rebanadas delgadas de filete de res que simulan los pétalos de una flor; decora la ocasión para decir lo que tienes que decir. 

Dicho por ellos mismos, La Lanterna es el restaurante italiano donde comen los italianos en México. Se nota que quienes visitan La Lanterna disfrutan y comprenden el tipo de cocina, mientras disfrutan una copa de vino. Un lugar con tradición y sabores auténticos es perfecto para un encuentro de dos. 

Dilo con una exquisita comida mexicana y agarra valor con un mezcal oaxaqueño. Para bien o para mal, en este lugar la comida no te fallará pues la carta es una auténtica propuesta mexicana. Puedes sorprender a tu acompañante con la lengua de res en pipián verde y como postre la tarta de papaya con helado de chile y nata.

Este restaurante es de los más clásicos de la Ciudad de México. Para esos silencios incómodos disfruta del pianista en turno cuando repase el cancionero romántico mexicano con soltura. Además de los tradicional de la cocina mexicana, el menú cuenta con platillos atípicos, como son las albóndigas de salmón o las láminas de atún sellado, delicias del mar.

Este espacio es una atracción turística en sí misma: ex monasterio, ex hacienda colonial, ex hotel, ex espacio universitario y finalmente, restaurante. No te sorprendas si alguien de las otras mesas se te adelanta con una propuesta de matrimonio a su acompañante. Cierra el menú y pide el Paillard Ranchero, no viene ahí y es una tradición de la cocina. 

Las mesas y la barra de bebidas son de mármol, los platos de porcelana le dan a los platillos un toque extra elegante. La cocina es la más romántica del Corredor Tonalá, una máxima expresión de la gastronomís francesa. Pide el fricassée de pollo con salsa cremosa de hongos silvestres y papitas confitadas.

Se encuentra a un costado del lago mayor de Chapultepec, por lo que desde su ubicación propicia una atmósfera de deleite visual/paladar. Puedes reservar una mesa en la terraza para que la velada se vuelva romántica por sí sola. 

Entre candelabros, una sobredosis de cuadros con flores, pisos de parquet, dos terrazas acogedoras y una cantina en el piso superior, podrás echarle la mano al corazón para que se exprese. La cocina es una fusión de la auténica cocina francesa con la cocina mexicana contemporánea. Deja a tu acompañante son el ojo cuadrado pidiendo un fusilli con caracoles y mantequilla bourguignonne al epazote.

Fue uno de los primeros en ofrecer cocina indo paquistaní en la Ciudad de México. Este restaurante es visitado por los comensales que quieren probar el auténtico sabor de la región de la India. En el comedor hay música típica de Pakistán a un volumen moderado, lo cual te permitirá tener una conversación privada. Para beber pide un lassi de frutos rojos y cuando la plática esté en su climax, asegúrate de tener en la mesa gulab jaman, un auténtico postre. 

Comer en Dulce Patria es volver a ser niño. Cada plato creado por la chef Martha Ortiz es una reinterpretación de los sabores que las abuelas mexicanas han llevado a las mesas por años. La diferencia reside en la elegancia con que se sirven.