Kolobok
Foto: Helena SorianoKolobok
Foto: Helena Soriano

Restaurantes en Santa María La Ribera

Esta colonia de la CDMX tiene desde comida rusa tradicional hasta mariscos al estilo de Sinaloa

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Santa María la La Ribera ha ganado prestigio entre los citadinos y extranjeros por ser una de las colonias más ricas cultural y gastronómicamente. Entre la oferta de arte y cultura en Santa María La Ribera está el Museo de Geología, una parada imperdible de los 20 lugares imprescindibles de Santa María La Ribera

Pero la fama de este barrio se debe más a la propuesta gastronómica que encontrarás. Desde hamburguesas de más de 2.6 kg., chilaquiles con chorizo, comida rusa hasta las que parecen ser las mejores pizzas de la ciudad. ¿No sabes a cual ir? Échale un ojo a la lista y decide tu primera parada. 

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  • Italiana
  • Santa María la Ribera
  • precio 2 de 4
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
María Ciento38
María Ciento38
El embeleso de este restaurante es que se encuentra en el patio trasero de una casa clásica de Santa María la Ribera –mediados del siglo XIX–, una colonia que data del año de 1861, convirtiéndola en uno de los primeros fraccionamientos de la Ciudad de México. María Ciento38 está en la calle que lleva el mismo nombre de la colonia, una calle con la propia riqueza arquitectónica del resto de la zona y que da al parque del Kiosko Morisco; es una de las mejores zonas para caminar (y comer) en la ciudad. Para entrar debes atravesar un pasillo que te lleva a una terraza que te hace sentir en un hogar campirano, te da la impresión de que fuiste invitado a una celebración familiar, cómoda y sosegada. El espacio tiene cierto toque mediterráneo y rústico, el piso es de grava y las mesas son de madera sin barnizar, se logra una ambientación sencilla y templada, perfecta para disfrutar de bocados reconfortantes, como los dicta la gastronomía siciliana.    Italia tiene una de las cocinas más variadas del mundo y la región de Sicilia tiene en su haber gastronómico una colección de platillos frescos y sencillos, pues se encuentra en la isla más grande del mediterráneo; el meridiano de las olivas, las pastas, las hierbas frescas y los productos de mar y tierra. De la región de Palermo, Sicilia, es originaria Antonietta Di Pasquale, la chef que encabeza la cocina de este establecimiento familiar y decidió ajustar la sazón de sus platillos al importar sus principales insumos de Italia, como lo
  • Santa María la Ribera
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
La cultura del ostión está llegando a la CDMX y no se detendrá hasta barrer con el miedo de muchas personas a enfermarse por comer moluscos. En este patio relajado y soleado en la Santa María se especializan en ostiones y almejas que llegan súper fresquitas de Bendito Mar, su proyecto de granjas de acuacultura en comunidades de Baja California Sur.  Este local no es una marisquería; aunque de repente encuentres por ahí un pescado o un camarón, aquí los reyes son los bivalvos (ostiones y almejas), y si hay algo mejor que probar un producto así de fresco es saber que viene de fuentes sustentables. Ahora, ¿cuál es la mejor manera de comer un ostión? el chef Alex nos sugiere que antes que nada hay que probarlo con dos gotas de salsa tabasco o la de la casa (la verás en un gotero) y unas gotitas de limón amarillo. Yo sugiero que lo acompañas con un clamato de la casa para este calor primaveral. (Ojo, lleva ropa apta para mosquitos ya que oscurece).  Luego, ya puedes pasar a creaciones más elaboradas como su almeja coqueta, con ceviche de pescado y aceite de chiles. Pero lo mejor es reservar los jueves de atelier, en los que el chef arma un menú especial ($900) con los bivalvos en platos creativos según los ingredientes disponibles, el cual se sirve únicamente a las 6 y a las 8 pm. A mí me tocó, además de comenzar con una tanda de ostiones frescos (con todo y clase para aprender a abrirlos), una almeja chocolata con esquites, una torta ahogada rellena de almejas y carnitas, y una c
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  • Mexicana
  • Santa María la Ribera
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
Comixcal
Comixcal
Este pedacito de Oaxaca fue traído por la chef Marahí López, que desde el Istmo de Tehuantepec nos ha dado uno de los restaurantes más fieles a la comida oaxaqueña. Algo que me gustó de Comixcal es lo amigable de su carta; no solo te dice qué ingredientes lleva cada plato, también de qué región de Oaxaca proviene. Ensucié la colorida mesa con las garnachitas istmeñas; cinco tortillitas fritas, coronadas con carne de res deshebrada, cebolla y queso oreado —¡Dios, salivé solo de recordarlo!—; crujientes y perfectas para abrir el apetito. Después llegaron las costillas ahumadas con ramas de limón agrio del Valle Nacional de Tuxtepec, con dos cazuelitas; una de arroz y otra con frijoles aromatizados con hoja de aguacate y picositos. La combinación de lo ácido y crujiente de la carne se mezcló a la perfección con lo dulce y picante de los frijoles. Como tip: Pregunta por sus cervezas oaxaqueñas Tierra Blanca. Yo me bajé lo enchilado con la Tierra Ahumada; una stout con notas de café.
  • Santa María la Ribera
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
Oaxaca es una de esas palabras que, de sólo escucharla, me trae recuerdos cálidos, y muchos de ellos, obviamente, tienen que ver con su comida. Conocí Xuva’ culinaria en la Santa María la Ribera, que, aunque está en la CDMX, ya se integró a esas memorias oaxaqueñas que me hacen sonreír. El humo del copal da la bienvenida a los visitantes que llegan al proyecto Casa Ribera antes de descubrir al interior un restaurante lleno de vida. Lo primero que me gustó fue que las plantas protagonizan el espacio; se desbordan por uno de los costados hasta el techo, lo cual aporta mucha frescura, además de una luz relajante que se filtra entre las hojas. El concepto estuvo a cargo de Mecate Studio y, según nos contaron, está inspirado en el atardecer en una laguna negra oaxaqueña, de ahí la vegetación, el rojo quemado de las paredes y las mesas de granito. Pero hablemos de la comida. Luego de publicar Comamos Identidad, una recopilación de 180 recetas de gastronomía tacuate, el chef Juan Aquino cumplió su sueño de abrir Xuva’ para adentrarse en sus raíces: las cocinas de la comunidad de Santa María Zacatepec, entre la Mixteca y la costa chica oaxaqueña. Aunque hay una carta de platillos fijos, donde figuran las tlayudas o el caldo de piedra, vale la pena optar por uno de los tres menús degustación si quieres probar la variedad de sabores que el chef logra inspirado en su herencia culinaria. Sólo pondré este dato sobre la mesa: uno de ellos es de cuatro moles. El menú que elegimos hacía gala
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  • Japonesa
  • Santa María la Ribera
  • 3 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
Jametaro
Jametaro
Este palacio de la Santa María la Ribera está dedicado exclusivamente al ramen, manejado por chefs del también delicioso Rokai. Su carta es sencilla, solo maneja cuatro diferentes; miso, soya, sal y vegano, además de tres entradas; gyozas, arroz al vapor y frito. Y es que los chefs prefirieron ponerle atención a solo un platillo que tener una carta abundante. Cuando llegué, había fila. Una lámpara y una cortina japonesa te dan la bienvenida. La verdad es que Jametaro no es un restaurante ostentoso. A pesar de tener un espacio amplio, solo cuenta con dos mesas para cuatro personas y una barra en forma de ele para albergar a seis más. Después de 20 minutos, por fin conseguí un lugar en la barra. Eran las 3pm y ya no había entradas, solo platos de ramen, así que mis acompañantes y yo nos pedimos un miso, un soya y un vegano. El soya viene con una rebanada de chashu, medio huevo, una hoja de alga y cebillín. El caldo es salado y deja ver los fideos del fondo; mientras que el miso, además del chashu viene solo con germen de soya, pero el caldo es más espeso; el vegano tiende caldo blanco y zanahoria, col y ejotes blanqueados. El sabor de los fideos y el caldo de los tres es realmente delicioso, esa confort food que necesitas cuando tuviste un día difícil. Los tres platos de ramen que probé fueron deliciosos, pero serían un poco más balanceado el costo-beneficio si tuviera más topings como bambú, ajo tostado o incluso tofu para los veganos, ya que para la oferta actual de ramen en
  • India
  • Santa María la Ribera
  • precio 1 de 4
  • 3 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
Naan
Naan
Si crees que comida asiática es sinónimo de buffet chino y sushi, te hace falta más de la gastronomía india. La intención de Alberto Bermont, propietario y chef de Naan en Santa María La Ribera, es regalarnos un poco de la India en cada bocado. Alberto afirma que no somos tan distintos en cuanto a gastronomía ya que en la India cuentan con fondas; esa similitud lo animó a abrir su local de comida corrida india. El nombre del nace del tradicional pan salado con ajo: naan. El lugar es pequeño y la decoración sencilla, pintado de color melón y le adornan imágenes de lugares característicos del país asiático. El platillo principal es el curry y lo puedes comer en cinco versiones diferentes, desde pistache hasta lenteja roja. Me fui por el bombay de tamarindo, se saboreó un poco espeso aunque con mucho sabor, y sentí que más jugo funcionaría bien. El laasi es una bebida típica con leche de coco, cardamomo y sal; a pesar de que no soy fan del coco le di oportunidad y probé el de mango. Resultó una peculiar y muy refrescante mezcla. Rematé con la samossa, equivalente a una empanada, rellena de vegetales con una agridulce y adictiva salsa chutney de mango. Para el poco tiempo que Naan lleva abierto nos dejó satisfechos para experimentar sabores y culturas. Midorys Canales
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  • Santa María la Ribera
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
Vine a Camino a Comala por el aroma etéreo de las tierras cafetaleras y las ilusiones en entender un poco más de cada productor, cada finca y la forma en la que las semillas de sus cerezas se expresan en prensas francesas, Chemex y V60. Como diría Juan Rulfo, desviviéndome por conocer aunque sea tantito de la vida, y, como diría yo, en tazas de café de especialidad.  Y sabía que eso lo encontraría en Camino a Comala, la cafetería en Santa María la Ribera. Detrás de una entrada casi secreta, se asoma un patio con mesas de madera donde las plantas se adueñan del cielo.  Después, Camino a Comala se desenvuelve en un cuarto iluminado por los grandes ventanales de otros tiempos que distinguen la arquitectura antigua de la ciudad, estantes que rinden culto a la literatura en los que se puede hacer intercambio de libros y, en el corazón de la habitación, la barra, donde apasionados baristas manejan la temperatura y el tiempo para sacar lo mejor de cada grano de café de especialidad.  Me siento en el patio que huele a madera, el estilo del espacio me hace sentirme más cerca de la Media Luna de Rulfo; en un lugar de susurros, estoy tranquila y aislada de esta ruidosa urbe.  Camino a Comala podría ser de buena gana un pueblo que huele a miel derramada… yo llegué buscando, como de costumbre, la acidez y nitidez de los mejores cafés especiales. Siguiendo esa lógica, la barista me recomendó un café de finca Corahe, Totutla, Veracruz elaborado con un proceso natural y filtrado en Chemex ($
  • Colombiana
  • Santa María la Ribera
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
"Qué chimba volverte a ver" se lee en lo alto cuando vas llegando a Mita, la nueva esquina de cocina colombiana en la Santa María. El lugar, sencillo, salpicado de juguetitos y detalles lindos y tropicales, te recibe con la calidez del pueblo sudamericano.  Apenas nos sentamos, nos explican que el menú está pensado para compartir al centro, y que se formó de clásicos colombianos adaptados a los ingredientes locales con el twist del chef Juan Granados. Todo en la carta suena tan bien que vas a necesitar ayuda para decidir, pero primero, un refajo, que es la mezcla de una cerveza clara y refresco rojo, tipo Senzao (Sí, todavía existe). Lo pedí con temor de que fuera demasiado dulce, pero en realidad es balanceado y fresco.  De las entradas, nos fuimos por las croquetas de papa, bien doraditas, rellenas de queso menonita, sobre un suero costeño —es decir, una crema de leche muy suave hecha en casa— rematadas con un puntito de mayonesa picante.  De ahí pasamos al que resultó el favorito del día, en una ollita se acomoda una porción de res glaseada en piloncillo, tres mini arepas de requesón (ternura al mil) y brotes de hojas verdes. Sazón casero y apapachador que te va a hacer volver. También probamos los camarones sobre un arroz guisado con jitomate y leche de coco; puede que este te cueste si no sueles comer cosas agridulces.  Deja espacio porque el postre que merece ochocientos corazoncitos es el mousse de arequipe (primo hermano de la cajeta). Su textura extra ligera contrast
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  • Pizza
  • Santa María la Ribera
  • precio 1 de 4
  • 3 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
Paredes rosas, un tapiz de plantas verdes, pequeños focos en serie y cuatro amplias mesas de madera le dan vida y toda la buena vibra al ritmo del rap a las mejores pizzas que he probado en toda mi vida —y tómalo de alguien que no es tan fan de esta típica comida estadounidense—.  La cocina está a la vista del comensal: el refrigerador, el horno en el que todos los sabores se juntan y la barra en la que Saúl Chávez hace la magia con queso mozzarella de gratinaje.  Pizza Flamingo ofrece un menú rápido y sencillo, sin que eso le quite lo delicioso. Cualquier pizza que pidas, por rebanada o entera, es preparada al momento. La misma base de masa extra delgada, salsa de tomate de sabores sutiles y una capa de queso, vuelve hermanas a todas las especialidades que puedes encontrar. La carnívora es una combinación de chorizo español, tocino y lomo ahumado sostenida por una base de masa crujiente y calientita que al primer mordisco te hace querer devorarla entera. La salsa macha le da un plus de picante justo y necesario para tener una explosión de sabor en tu paladar. Si prefieres las carnes blancas, no puedes irte sin probar la de mariscos; surimi, calamar, pulpo, camarón y ostión de textura suave y que sólo con su rico olor te remite a las olas del mar. Si la dieta no te permite probar mucho opta por la veggie —pimiento, cebolla morada, champiñones y granos de elote— con tanto sabor que no necesita que le pongas salsa. La de manzana y queso de de cabra es una de las especialidades
  • Bistros
  • Santa María la Ribera
  • precio 1 de 4
  • 3 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
La Tiendita de San Pascual Bailongo
La Tiendita de San Pascual Bailongo
Quizás pienses que estás en el lugar incorrecto. Te encuentras en el cruce de dos calles grises, en las que el caos, los taxis y los grafitis lejanos de llamarse street art abundan. Buscas el letrero. No hay tal. Antes de tirar la toalla, encuentras el número 85 en la fachada blanca de un edificio viejo. La puerta está abierta y te conduce a un pasillo. Las escaleras compensan tanto secretismo. Se lee en los peldaños: “¡Hola, buenas tardes, bienvenidos, adelante, pase ud.!”. Llegas a un cuarto íntimo con una mesa y una minibarra. Este es el nuevo y chiquitito bistró de los creadores de La Chirindonguería. Lo mejor: bueno, bonito y barato. El menú lo componen tapas, ensaladas, pizzas y sándwiches. Abre con un agua endulzada con piloncillo o una copa de vino por 35 pesos. En la carta predomina lo italiano y tienen varios chispazos de combinaciones interesantes de sabores. Un ejemplo es la tapa de pimiento morrón asado con queso de cabra, aderezo de perejil, lechuga, ¡y miel! Recomendamos las piadinas romañolas. Un pan circular plano de harina de trigo doblado a la mitad y relleno de, por ejemplo, jamón serrano o berenjena. El tip: no está en el menú, pero pide la de coppa, un salume italiano suavísimo, similar al prosciutto. Otra estrella de la casa son las pizzas. Nuestra favorita: la bianca, con salsa blanca, tocino, papa, romero y mozzarella. Los domingos su cocina se vuelve nómada y se mueven al tianguis de la Lagunilla. Sirven pizzas, conos de masa horneados rellenos y vin
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