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Foto: Helena Soriano | Kolobok
Foto: Helena Soriano

Restaurantes en Santa María La Ribera

Esta colonia de la CDMX tiene desde comida rusa tradicional hasta mariscos al estilo de Sinaloa

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Santa María la La Ribera ha ganado prestigio entre los citadinos y extranjeros por ser una de las colonias más ricas cultural y gastronómicamente. Entre la oferta de arte y cultura en Santa María La Ribera está el Museo de Geología, una parada imperdible de los 20 lugares imprescindibles de Santa María La Ribera

Pero la fama de este barrio se debe más a la propuesta gastronómica que encontrarás. Desde hamburguesas de más de 2.6 kg., chilaquiles con chorizo, comida rusa hasta las que parecen ser las mejores pizzas de la ciudad. ¿No sabes a cual ir? Échale un ojo a la lista y decide tu primera parada. 

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  • Japonesa
  • Santa María la Ribera
  • 3 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
Jametaro
Jametaro
Este palacio de la Santa María la Ribera está dedicado exclusivamente al ramen, manejado por chefs del también delicioso Rokai. Su carta es sencilla, solo maneja cuatro diferentes; miso, soya, sal y vegano, además de tres entradas; gyozas, arroz al vapor y frito. Y es que los chefs prefirieron ponerle atención a solo un platillo que tener una carta abundante. Cuando llegué, había fila. Una lámpara y una cortina japonesa te dan la bienvenida. La verdad es que Jametaro no es un restaurante ostentoso. A pesar de tener un espacio amplio, solo cuenta con dos mesas para cuatro personas y una barra en forma de ele para albergar a seis más. Después de 20 minutos, por fin conseguí un lugar en la barra. Eran las 3pm y ya no había entradas, solo platos de ramen, así que mis acompañantes y yo nos pedimos un miso, un soya y un vegano. El soya viene con una rebanada de chashu, medio huevo, una hoja de alga y cebillín. El caldo es salado y deja ver los fideos del fondo; mientras que el miso, además del chashu viene solo con germen de soya, pero el caldo es más espeso; el vegano tiende caldo blanco y zanahoria, col y ejotes blanqueados. El sabor de los fideos y el caldo de los tres es realmente delicioso, esa confort food que necesitas cuando tuviste un día difícil. Los tres platos de ramen que probé fueron deliciosos, pero serían un poco más balanceado el costo-beneficio si tuviera más topings como bambú, ajo tostado o incluso tofu para los veganos, ya que para la oferta actual de ramen...
  • Italiana
  • Santa María la Ribera
  • precio 2 de 4
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
María Ciento38
María Ciento38
El embeleso de este restaurante es que se encuentra en el patio trasero de una casa clásica de Santa María la Ribera –mediados del siglo XIX–, una colonia que data del año de 1861, convirtiéndola en uno de los primeros fraccionamientos de la Ciudad de México. María Ciento38 está en la calle que lleva el mismo nombre de la colonia, una calle con la propia riqueza arquitectónica del resto de la zona y que da al parque del Kiosko Morisco; es una de las mejores zonas para caminar (y comer) en la ciudad. Para entrar debes atravesar un pasillo que te lleva a una terraza que te hace sentir en un hogar campirano, te da la impresión de que fuiste invitado a una celebración familiar, cómoda y sosegada. El espacio tiene cierto toque mediterráneo y rústico, el piso es de grava y las mesas son de madera sin barnizar, se logra una ambientación sencilla y templada, perfecta para disfrutar de bocados reconfortantes, como los dicta la gastronomía siciliana.    Italia tiene una de las cocinas más variadas del mundo y la región de Sicilia tiene en su haber gastronómico una colección de platillos frescos y sencillos, pues se encuentra en la isla más grande del mediterráneo; el meridiano de las olivas, las pastas, las hierbas frescas y los productos de mar y tierra. De la región de Palermo, Sicilia, es originaria Antonietta Di Pasquale, la chef que encabeza la cocina de este establecimiento familiar y decidió ajustar la sazón de sus platillos al importar sus principales insumos de Italia, como...
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  • Mexicana
  • Santa María la Ribera
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
Comixcal
Comixcal
Este pedacito de Oaxaca fue traído por la chef Marahí López, que desde el Istmo de Tehuantepec nos ha dado uno de los restaurantes más fieles a la comida oaxaqueña. Algo que me gustó de Comixcal es lo amigable de su carta; no solo te dice qué ingredientes lleva cada plato, también de qué región de Oaxaca proviene. Ensucié la colorida mesa con las garnachitas istmeñas; cinco tortillitas fritas, coronadas con carne de res deshebrada, cebolla y queso oreado —¡Dios, salivé solo de recordarlo!—; crujientes y perfectas para abrir el apetito. Después llegaron las costillas ahumadas con ramas de limón agrio del Valle Nacional de Tuxtepec, con dos cazuelitas; una de arroz y otra con frijoles aromatizados con hoja de aguacate y picositos. La combinación de lo ácido y crujiente de la carne se mezcló a la perfección con lo dulce y picante de los frijoles. Como tip: Pregunta por sus cervezas oaxaqueñas Tierra Blanca. Yo me bajé lo enchilado con la Tierra Ahumada; una stout con notas de café.
  • Santa María la Ribera
  • precio 2 de 4
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
Tal vez el restaurante más choteado de la Santa María La Ribera, pero eso no quiere decir que no sea uno de los más deliciosos. Este templo está dedicado a la cocina rusa, que rompe el mito de que los rusos son fríos y entrega platillos caseros que nos han enamorado. No le tengas miedo al betabel y pide una sopa borsch, que es lo más cercano a una visita a Rusia. Su dulzor se equilibra con lo agrio de su crema. Si te quedas con hambre, la sopa de albóndigas con papa y zanahoria no te hará extrañar la versión mexicana. Tal vez, el atractivo —y el más famoso— son sus empanadas; de carne molida y hongos con queso, hasta hawaiiana y espinacas con queso (mi favorita), se volverán tu obsesión desde el primer bocado. No dudes en pedir una de crema de avellanas o la de manzana. Los fines de semana es una buena idea llegar antes de las 2pm para alcanzar lugar. Hay que dejarse enamorar por los platillos, simplones, calientitos, casi rurales, así como prestarle atención al televisor que emite videos musicales de Rusia. Tip: si compras 10 empanadas te regalan el refresco.
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  • Santa María la Ribera
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
Vine a Camino a Comala por el aroma etéreo de las tierras cafetaleras y las ilusiones en entender un poco más de cada productor, cada finca y la forma en la que las semillas de sus cerezas se expresan en prensas francesas, Chemex y V60. Como diría Juan Rulfo, desviviéndome por conocer aunque sea tantito de la vida, y, como diría yo, en tazas de café de especialidad.  Y sabía que eso lo encontraría en Camino a Comala, la cafetería en Santa María la Ribera. Detrás de una entrada casi secreta, se asoma un patio con mesas de madera donde las plantas se adueñan del cielo.  Después, Camino a Comala se desenvuelve en un cuarto iluminado por los grandes ventanales de otros tiempos que distinguen la arquitectura antigua de la ciudad, estantes que rinden culto a la literatura en los que se puede hacer intercambio de libros y, en el corazón de la habitación, la barra, donde apasionados baristas manejan la temperatura y el tiempo para sacar lo mejor de cada grano de café de especialidad.  Me siento en el patio que huele a madera, el estilo del espacio me hace sentirme más cerca de la Media Luna de Rulfo; en un lugar de susurros, estoy tranquila y aislada de esta ruidosa urbe.  Camino a Comala podría ser de buena gana un pueblo que huele a miel derramada… yo llegué buscando, como de costumbre, la acidez y nitidez de los mejores cafés especiales. Siguiendo esa lógica, la barista me recomendó un café de finca Corahe, Totutla, Veracruz elaborado con un proceso natural y filtrado en Chemex...
  • Santa María la Ribera
  • precio 1 de 4
  • 3 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
La voz no tardó en correrse entre los otakus: en Santa María la Ribera había un lugar medio secreto, un minúsculo local donde además de servir ramen y vender dulces Pocky, te prestaban ejemplares de manga y libros en japonés que podías leer (o por lo menos hojear) en lo que llegaba tu comida. El Café King se volvió un lugar de culto, siempre lleno (lo cual no era difícil, pues apenas le cabían unas 10 personas apretujadas) de japoneses y japonófilos.Eso fue hace unos cinco o seis años: Isamu Ito, propietario y único cocinero del Café King, no lo recuerda con precisión. Pero sí está seguro de que fue en febrero de este año cuando se mudaron a un local mucho más grande. El tamaño, no obstante, sigue siendo insuficiente para la enorme demanda de ramen, udon, onigiri, sushi, pan al vapor y otras delicias japonesas, lentamente preparadas una por una por Isamu. Mientras el hambre crece, los comensales se entretienen con té, malteadas de matcha y cervezas de 18 pesos (que muy atinadamente dejan de servir a las 5 de la tarde para evitar borrachos).El nuevo espacio no podría ser más encantador. Además de la minibiblioteca, las tres divisiones que componen el Café King están retacadas de muebles dispares, carteles de películas clásicas, fotografías antiguas, artesanías mexicanas, señalamientos callejeros y un sinfín de eclécticas chácharas. Se antoja quedarse horas, pero hay que ser considerados y cederle el lugar a los siguientes clientes, que seguramente ya tienen hambre. 
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  • Santa María la Ribera
  • 4 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
Oaxaca es una de esas palabras que, de sólo escucharla, me trae recuerdos cálidos, y muchos de ellos, obviamente, tienen que ver con su comida. Conocí Xuva’ culinaria en la Santa María la Ribera, que, aunque está en la CDMX, ya se integró a esas memorias oaxaqueñas que me hacen sonreír. El humo del copal da la bienvenida a los visitantes que llegan al proyecto Casa Ribera antes de descubrir al interior un restaurante lleno de vida. Lo primero que me gustó fue que las plantas protagonizan el espacio; se desbordan por uno de los costados hasta el techo, lo cual aporta mucha frescura, además de una luz relajante que se filtra entre las hojas. El concepto estuvo a cargo de Mecate Studio y, según nos contaron, está inspirado en el atardecer en una laguna negra oaxaqueña, de ahí la vegetación, el rojo quemado de las paredes y las mesas de granito. Pero hablemos de la comida. Luego de publicar Comamos Identidad, una recopilación de 180 recetas de gastronomía tacuate, el chef Juan Aquino cumplió su sueño de abrir Xuva’ para adentrarse en sus raíces: las cocinas de la comunidad de Santa María Zacatepec, entre la Mixteca y la costa chica oaxaqueña. Aunque hay una carta de platillos fijos, donde figuran las tlayudas o el caldo de piedra, vale la pena optar por uno de los tres menús degustación si quieres probar la variedad de sabores que el chef logra inspirado en su herencia culinaria. Sólo pondré este dato sobre la mesa: uno de ellos es de cuatro moles. El menú que elegimos hacía...
  • Pizza
  • Santa María la Ribera
  • precio 1 de 4
  • 3 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
Paredes rosas, un tapiz de plantas verdes, pequeños focos en serie y cuatro amplias mesas de madera le dan vida y toda la buena vibra al ritmo del rap a las mejores pizzas que he probado en toda mi vida —y tómalo de alguien que no es tan fan de esta típica comida estadounidense—.  La cocina está a la vista del comensal: el refrigerador, el horno en el que todos los sabores se juntan y la barra en la que Saúl Chávez hace la magia con queso mozzarella de gratinaje.  Pizza Flamingo ofrece un menú rápido y sencillo, sin que eso le quite lo delicioso. Cualquier pizza que pidas, por rebanada o entera, es preparada al momento. La misma base de masa extra delgada, salsa de tomate de sabores sutiles y una capa de queso, vuelve hermanas a todas las especialidades que puedes encontrar. La carnívora es una combinación de chorizo español, tocino y lomo ahumado sostenida por una base de masa crujiente y calientita que al primer mordisco te hace querer devorarla entera. La salsa macha le da un plus de picante justo y necesario para tener una explosión de sabor en tu paladar. Si prefieres las carnes blancas, no puedes irte sin probar la de mariscos; surimi, calamar, pulpo, camarón y ostión de textura suave y que sólo con su rico olor te remite a las olas del mar. Si la dieta no te permite probar mucho opta por la veggie —pimiento, cebolla morada, champiñones y granos de elote— con tanto sabor que no necesita que le pongas salsa. La de manzana y queso de de cabra es una de las...
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  • Bistros
  • Santa María la Ribera
  • precio 1 de 4
  • 3 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
La Tiendita de San Pascual Bailongo
La Tiendita de San Pascual Bailongo
Quizás pienses que estás en el lugar incorrecto. Te encuentras en el cruce de dos calles grises, en las que el caos, los taxis y los grafitis lejanos de llamarse street art abundan. Buscas el letrero. No hay tal. Antes de tirar la toalla, encuentras el número 85 en la fachada blanca de un edificio viejo. La puerta está abierta y te conduce a un pasillo. Las escaleras compensan tanto secretismo. Se lee en los peldaños: “¡Hola, buenas tardes, bienvenidos, adelante, pase ud.!”. Llegas a un cuarto íntimo con una mesa y una minibarra. Este es el nuevo y chiquitito bistró de los creadores de La Chirindonguería. Lo mejor: bueno, bonito y barato. El menú lo componen tapas, ensaladas, pizzas y sándwiches. Abre con un agua endulzada con piloncillo o una copa de vino por 35 pesos. En la carta predomina lo italiano y tienen varios chispazos de combinaciones interesantes de sabores. Un ejemplo es la tapa de pimiento morrón asado con queso de cabra, aderezo de perejil, lechuga, ¡y miel! Recomendamos las piadinas romañolas. Un pan circular plano de harina de trigo doblado a la mitad y relleno de, por ejemplo, jamón serrano o berenjena. El tip: no está en el menú, pero pide la de coppa, un salume italiano suavísimo, similar al prosciutto. Otra estrella de la casa son las pizzas. Nuestra favorita: la bianca, con salsa blanca, tocino, papa, romero y mozzarella. Los domingos su cocina se vuelve nómada y se mueven al tianguis de la Lagunilla. Sirven pizzas, conos de masa horneados rellenos y...
  • Santa María la Ribera
  • precio 1 de 4
  • 3 de 5 estrellas
  • Crítica de Time Out
Mercado Morisco
Mercado Morisco
¡Ya le tocaba a Santa María La Ribera! Esperó su turno y ahora recibe a un mercado gastronómico que llega para complementar las propuestas bohemias, típicas, internacionales y contemporáneas que caracterizan a la colonia. El pintoresco mercado se ubica en Manuel Carpio, a cuadra y media del Kiosco Morisco, un monumento que se instaló en 1902. En Mercado Morisco encontrarás murales que a todo color logran representar los tintes de una colonia que tiene dos siglos de vida, con los obligados toques naturales de la construcción de ladrillos y cemento de un mercado gastronómico moderno de la CDMX. En pocas palabras, el lugar invita a vecinos, extranjeros y golosos de la CDMX a probar su oferta. La idea es apoyar conceptos locales e incorporar aquellos que le darán más variedad. Encontrarás locales como Hot Dog Ramírez con sus grandes porciones y combinaciones; Ensaladas Pepe’s con sándwiches, panini y las opciones ligeras y orgánicas; Chancho Pork Lovers se luce con las chancho ribs a la BBQ (pide la de habanero), con aros de cebolla o los bollitos con cochinita (chanchitos); para la tarde está Mandala Pan y Café en donde más vale probar una concha de cardamomo o morir en el intento; los antojitos mexicanos llegan con Hacha y Machete, un servicio de catering que ofrecerá un menú diferente cada mes en su local; las alitas teriyaki o el plato botanero de Hell’s BBQ son la opción para cuando vas en grupo y acompañar con cervezas (miércoles a 15 pesos). Vivimos en la era del...
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