Los ojos de María Félix conquistaban a los hombres que caían rendidos ante su fuerza y carácter. Agustín Lara le compuso una canción que es melcocha pura, pero que le da el nombre a esta cantina restaurant.
Un piano rojo hace pensar que en cualquier momento puede aparecer "el Flaco de Oro" a cantar. Imposible haberse equivocado de lugar con el inmenso mural de mosaicos venecianos con los retratos incrustados de "la Doña". El ambiente rojo y seductor te hace pensar que la presencia de la diva se siente en cada rincón, que incluso tiene un salón para 15 personas para cuando desees un poco mas de privacidad.
Como buena cantina, además de una buena selección de tequilas, música ranchera, ficha, tele para los partidos de futbol y cubilete, gozan de botana compuesta esencialmente por tacos. Y de taco me como unos de lengua, de chilorio, chicharrón prensado o unos de chamorro aunque aproveché el festival de enchiladas. Te dan un papelito impreso con las opciones para que escojas el relleno, salsa y guarnición.
Las maría bonita son para que te acuerdes de aquellas noches, María, bonita, María del alma, porque son una bomba de sabor. Tortilla rellena de quesillo, tasajo, cecina de cerdo bañada con salsa de chipotle sobre una cama de lechuga acompañado de guacamole. Estas sí son enchiladas.