La entrada es a través de un elevador que te lleva al BBQ texano en el segundo piso. No lo aparenta por fuera pero es muy amplio, con dos áreas de mesas y una pequeña cocina en medio, no tendrás problema para encontrar mesa; salvo el tráfico de Stim o para encontrar estacionamiento en la avenida.
El menú le da su digno lugar a la carne con la cultura de las parrillas de Estados Unidos. Diseñaron un ahumador de leña para dar con el sabor auténtico a través de cocciones lentas, o a temperaturas altas, según lo requiera el corte de carne. Las costillas se cocinan unas 72 horas. Cuando te las sirven, la carne se desprende sola del hueso y en el sabor está el humo y las especias de la receta de la salsa BBQ (también ahumada) de la casa. El brisket lo cocinan 52 horas y puedes pedir desde 250 gramos.
Los acompañamientos de carnes a la parrilla siempre me ilusionan. Me gustó que los aros de cebolla estaban crujientes y poco grasosos, hechos en casa y aunque le hubiera puesto más chipotle a la coleslaw (ensalada de col), la papa con salsa cremosa de queso cheddar logró darle al blanco.
Aprovecha las televisiones para ver deportes con tu parrillada y cerveza. También, Republic of Texas cayó de lujo en la zona y para la comunidad judía porque cuentan con parrilla y cortes de carne kosher, sólo tienes que avisar para que se cuide desde el uso de cubiertos hasta los productos que te servirán.