Si tuviera que definir este lugarcito con un adjetivo, sería bonachón. Es inevitable sentirte cómodo desde que llegas pues te reciben con un gusto genuino de hacerte sentir en casa. Puedes tomar un lugar en el interior en donde no caben más de un par de mesas, es el sitio más cálido porque ahí se encuentra el horno de leña. Si vas con un grupo más amplio pide sentarte en las bancas del exterior, en las jardineras pegadas a Juan Escutia en un espacio compartido con la mezcalería El Grifo.
Tienen alrededor de 20 tipos de pizzas en su menú por lo que elegir es todo un tema. Funciona mejor si confías en tu gusto personal y elijes uno de los ingredientes que más te llame la atención, luego te preocupas por el resto de la combinación. Desde que revisé sus redes sociales se me clavó en la mente la de alcachofas. Es de tiernos corazones de alcachofa, quesos brie y asiago y uno que otro ajo rostizado, justo al nivel de mis expectativas. La masa es de grosor mediano por lo que cruje lo necesario y aún te queda pan para untarle alguna de las salsas que te ofrecen en la mesa; la que tiene pinta de pesto es de habanero, así que no te confíes tanto. Todas con sazón cuidada y equilibrada, se agradece cuando la atención de la preparación de la comida se hace notar en elementos secundarios.
La otra mitad de la pizza la pedí de cinco quesos con puré de ajo y un toque de nuez moscada, un acierto con el queso azul a pesar de su potencia. Para equilibrar un poco el asunto probé también la pizza margarita con mitades de jitomate cherry y albahaca, que de inmediato se hizo mejor amiga de la salsa con jengibre.
Para beber pregunta por las cervezas –artesanales– y pide alguna recomendación especial de mezcal de El Grifo, “para la digestión” o para prolongar las pláticas nocturnas. Ambos locales son muy concurridos en fin de semana, si terminaste tu pizza y seguirás mezcaleando, entonces ve a la mezcalería (o viceversa) y cede lugares a otros citadinos.
Pizzas bien hechas y un ambiente amiguero, como en confianza: seguro que regreso y cuando lo haga, tendré que pedir la pizza bypass con albóndigas, chorizo de pamplona, tocino y queso provolone, que por alguna razón la pasé por alto en esta primera visita y algo me dice que no debí hacerlo.