Mitikah se alza imponente en la Benito Juárez. Aunque la subida parece interminable, en la terraza del Palacio de Hierro encontrarás un mercado de posibilidades gastronómicas que esconde varias joyas. Siéntate en la barra de Pin-tó: vas a tener tu recompensa.
Pintó es el nombre de los contenedores tailandeses de metal en los que se transporta la comida, como el tupper que nunca quieres perderle a tu mamá. Hace dos años que Pin-tó nació como delivery que transportaba la experiencia tailandesa a la puerta de tu casa. De la mano de la chef de Galanga y Kiin Thai-Viet Eatery, Somsri Raksamran, nos salvaron de una pandemia insípida con ingredientes orgánicos y una carta que representa la variedad de sabores y texturas de esta cocina.
Hoy ya puedes disfrutar sus platos en local fijo, desde donde tienes vista a la cocina y su magia. Yo empezaría con unos Poh pia sod, los clásicos rollitos frescos con salsa de cacahuate; o con las brochetas de pollo al curry o de pork belly agridulce. De plato fuerte elige entre arroz, noodles y curry. Te recomiendo el clásico Pad kee mao, fideos planos bastante picantes con vegetales que hacen una fiesta salvaje en tu boca; o el Khao pad, toda una experiencia para los amantes del arroz y el huevito.
Si pediste entrada y plato fuerte, para entonces estarás más que satisfecho, las porciones son abundantes, pero como el postre va directo al corazón, termina tu viaje con el famoso sticky rice mango (Khao niew mamuang) o con un alucinante Banana roti, que se alza imponente como una montaña de frutas y pan roti, coronada con un dulce de yemas de huevo y jazmín que no vas a querer que termine nunca. Para beber, una variedad de cervezas tailandesas, jugos, hidromiel y un té helado (verde o negro) al que podría hacerle un poema.
—Aura Mendoza
Te recomendamos: Los mejores lugares de comida Thai