1. Fachada de Pigeon, el nuevo restaurante de la Roma
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  2. Salón y estética Pigeon
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  3. Pigeon ñoquis
    Foto: Alejandra Carbajal
  4. Salón Pigeon
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  5. Zanahorias rostizadas y Caper spritz en Pigeon
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  6. Pigeon: aperitivo en la plaza
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  7. Pigeon Aperitivo en la plaza
    Foto: Alejandra Carbajal
  8. Pigeon: aperitivo en la plaza
    Foto: Alejandra Carbajal
  9. Pigeon aperitivo en la plaza
    Foto: Alejandra Carbajal
  10. Pigeon aperitivo en la plaza
    Foto: Alejandra Carbajal
  11. Pigeon aperitivo en la plaza
    Foto: Alejandra Carbajal
  12. Pigeon aperitivo en la plaza
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Reseña

Pigeon

4 de 5 estrellas
Pigeon, el nuevo restaurante de la Roma que te hará sentir dentro de una película de Wes Anderson
  • Restaurantes
  • Roma
  • Crítica de Time Out
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Time Out dice

Enamorarse a primera vista de un restaurante sí es posible. Pigeon, en la Roma, es ejemplo de eso y se vale solo de un secreto para conseguirlo: un concepto tan bien bajado, que abarca desde sus platillos hasta su diseño interior.

El eje temático de este restaurante fue planeado a partir del inmueble donde se aloja, la famosa “casa de las brujas”, y cada detalle gira en torno a esta construcción de estilo inglés. Su nombre, por ejemplo, está inspirado en el ingeniero que construyó el edificio en 1908, R.A. Pigeon, y es la firma de este personaje la que se aprecia en el logo del lugar.

Por su parte, la paleta de colores se eligió a partir del mosaico rosa del piso, que es el original, y el diseño interior se pensó en armonía con este elemento. De inmediato te sientes en una película de Wes Anderson, ¡tu Instagram definitivamente necesita estas fotos!

Y la fachada, que recordaba a una taberna o bistrot europeo, inspiró la propuesta culinaria de la chef Mercedes Bernal (Meroma): una carta breve, pero todo ejecutado a la perfección. Más de la mitad del menú está conformado por entradas y botanas, entre las que predominan las verduras frescas y los productos de gran calidad. Te recomendamos la tabla de quesos, que viene con unas rodajas de durazno, almendras, un poco de miel y pan; este plato dice, sin hablar, la personalidad del lugar: es juguetón, compartido y cómodo.

Igualmente tienes que probar las zanahorias rostizadas con salsa macha, tofu cremoso y hoja de zanahoria o el betabel rostizado con cous cous, rábano, tomillo y queso feta; la técnica de cocción de las verduras es notable. Cada una cocida al término en donde se expresa mejor; las zanahorias tienen ese sabor a rostizado, pero siguen crujientes, y el betabel es suave, pero jamás sobre cocido. Se sirven con acompañamientos que les van de maravilla pero que son solo eso: acompañamientos.

Las opciones de platos fuertes son pocas pero contundentes. Las porciones son grandes y están pensadas para compartir; la especialidad de la casa es el schnitzel de cerdo que viene acompañado de una ensalada de arúgula, pepinillos encurtidos caseros y mostaza antigua. Además el platillo, que se deja comer con las manos y que invita a combinar todo lo que lo conforma, es otro guiño a la personalidad del restaurante: una cocina que se disfruta con todos los sentidos.

Las opciones de postres te encantan, como la panna cotta de aceite de oliva y reducción de balsámico. Este clásico italiano conserva el sabor característico de la oliva, pero con un grado suficiente de dulzor —jamás demasiado— y la reducción de balsámico, cremosa y dulce, aporta una acidez que refresca el paladar e invita a comer un poco más.

La coctelería merece una mención aparte —y cómo no, si Pigeon es hermano-vecino del bar Brujas—: es la clásica europea. Acá no encontrarás tragos con frutas o jugos; puros spritz secos y serios, pero bien refrescantes. El caper spritz, hecho con jerez Tío Pepe, vino espumoso, Aperol, Marrasquino y servido con alcaparras es súper deleitoso. Tip, va de maravilla con el schnitzel.

Pero ahora tenemos una mejor razón para darnos una vuelta y acabar la semana en el edificio Río de Janeiro. De miércoles a viernes, de cuatro a siete de la tarde, acomódate en sus mesas con vista a la siempre burbujeante plaza que ostenta una réplica del David, de Miguel Ángel. En Pigeon es hora del #AperitivoEnlaPlaza y eso quiere decir que durante ese tiempo tienen un precio especial en el combo de algunos cocteles o una copa de vino + una botanita como, por ejemplo, un ostión de Baja California o un montadito de ceviche con pan hecho en casa. 

Como en la barra de Pigeon aman el vermouth, nos contaron que cada semana van a traer distintas etiquetas de esta bebida, así que los negronis nunca serán iguales. También son muy esmerados en su selección de vinos, pues parte de este concepto es dejar que el público pruebe etiquetas poco conocidas nacionales e internacionales, como un rosado francés de la bodega Les Trois Petits Cochons. 

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Detalles

Dirección
Río de Janeiro 56
Ciudad de México
06700
Precio
Consumo promedio por persona $550
Horas de apertura
Lun-sáb 1:30-10pm, dom 1:30-7pm
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