Si hay algo que celebrar de las grandes ciudades, es la posibilidad de darle espacio a las cocinas del mundo; así pues, en medio de la tormenta —te estoy hablando a ti, corona— se asoma un rayo de luz apadrinado por muchas especias y hierbas. Pat Patz es un restaurante de comida del Medio Oriente, o como les gusta llamarse, “un laboratorio gastronómico” donde hay comida árabe, turca, libanesa, israelí y griega.
Este currículum de estilos nace por sugerencias del fundador Mijael Seidel, quien gracias a su profesionalismo como comensal de los kebabs callejeros de Nueva York (vivió ahí 10 años) decidió traer su sabor a México. Junto con Moisés Salazar —chef ejecutivo de Smart Catering—, Pat Patz operó dos años en Jardín Trapiche, en Colima, hasta que el 30 de marzo abrieron en la CDMX.
El menú va más allá del incondicional plato de arroz (aunque está presente y es una maravilla), introduciendo tu paladar a experiencias rebosantes en aroma y acidez. La primera parada es un divino hummus con muchos acentos de oliva y tahini (pasta de ajonjolí), seguido del excelente baba ganush preparado con berenjena asada con miel y fuertes tonos de la especia zumac (muy usada en cocina árabe) con zaatar (mezcla de especias).
La estrella del lugar es el kebab de cordero con res marinado en especias, abrazado por el pan pita que hornean diariamente y se acompaña de tonos picositos con salsa harissa (condimento de chiles secos originario de Túnez) y cremosidad del jocoque. Aprovechando que arriba mencioné el plato de arroz, confieso que se volvió un personal favorito con shwarma de pollo: el aromático arroz amarillo combina con el pollo marinado y la asombrosa salsa toum (famosa en la gastronomía libanesa) a base de ajo y aceite, acompañado con falafel.
En este extraño momento donde solamente ver por la ventana se convierte en tu viaje del día, se agradece darle al paladar una excursión por rincones donde la gastronomía ancestral te recuerda lo pequeño y sabroso que es el exterior.