¿Es necesaria una taquería más en la ciudad? La verdad es que no sabemos decirle que no a un buen taco, así es como me topé en la calle de Río Lerma, muy cerca del Ángel de la Independencia, un local pequeño, acogedor y muy colorido llamado Pastora Casa de Trompos. Como su nombre lo dice, se especializa en tres tipos de trompos: de morita, de pastor y árabe; la gama salsera también llegó con innovación: morita con canela, chile mulato tatemado, habanero con cítricos y serrano con cilantro. El plus, frescas tortillas hechas a mano.
De entre las aguas de sabor que manejan me fui por la altamente recomendable de horchata ($29) y una acidita de frutos rojos ($29), pero si quieres calmar el calor hay chelas artesanales.
Probé las tres especialidades ($19) y aunque la carne de pastor se sentía un poco seca y el de morita traía un sencillo picor, el árabe en tortilla de harina ganó con su salsa tzatziki (de pepino y yogurt). Todo armoniosamente acompañado del jugo de carne ($50).
La versatilidad de Pastora se complementa con el resto de la oferta comilona, con volcanes, tortas y alambres, pero irme por el taco de rib-eye ($35) fue la mejor decisión, con jugosa y suave carne de excelente sazón.
El ticket para irse bien bien comido es menor a $200, así que vale la pena explorarlo si godineaz por el área o buscas una comida amigable con el bolsillo. Tal vez, además de necesitar una taquería más en la ciudad, nos hacía falta una casa de trompos. Teresa López