1. Foto: Mattza Tobón
    Foto: Mattza Tobón
  2. Foto: Mattza Tobón
    Foto: Mattza Tobón
  3. Foto: Mattza Tobón
    Foto: Mattza Tobón
  4. Foto: Mattza Tobón
    Foto: Mattza Tobón
  5. Foto: Mattza Tobón
    Foto: Mattza Tobón
  6. Foto: Mattza Tobón
    Foto: Mattza Tobón
  7. Foto: Mattza Tobón
    Foto: Mattza Tobón
  8. Foto: Mattza Tobón
    Foto: Mattza Tobón

Reseña

Paraíso Social

3 de 5 estrellas
  • Restaurantes | Cafés
  • precio 1 de 4
  • Narvarte
  • Crítica de Time Out
Publicidad

Time Out dice

Existe una genealogía en el reino de los amantes del café. Hay quienes gozan libidinosos el acto solitario de beber una taza, otros prefieren usar la bebida como un bálsamo para entablar una charla, y habemos otros que, aspiramos a que el lugar donde lo bebemos sea tan idílico como el propio brebaje. Para los últimos, Paraíso Social cumple las expectativas. Una cafetería a la que no le queda grande el nombre.

A los invitados los acoge un espacio cuya decoración evoca a un café de San Telmo, Argentina: una cabeza azul de cerámica que sirve de maceta, títeres de Gepeto y Pinocho, aldabas de manitas de cobre, lámparas de colores y numerosas bandejas llenas de amor en forma de pan, como alfajores de dulce de leche, cheesecakes con frambuesas, moras y brownies rellenos de chocolate. ¡Lujuria instantánea en el paraíso! Para los paladares salados, no faltan las tortillas españolas, los bagels, la pizza fugazzeta (mozzarela, cebolla y queso); e incluso, los pasteles hechos a pedido para ocasiones especiales.

Las creaciones son autoría del amasado de Karina Senés, una chocolatier argentina que montó este café que aunque pequeño, cuenta con su propio horno y cocina del que todos los días emanan postres distintos que adornan su barra. De ahí que no haya una carta específica, sino una suculenta variedad que cambia todos los días.

Quizás, sus únicos pecados son que no hay más que jugos procesados para acompañar los bocadillos salados y que la variedad de postres se acaba temprano y, en fin de semana, es mejor llegar antes del mediodía para poder elegir.

No hay mucho que decir sobre el café. Cualquier americano o capuchino resulta cumplidor, balanceadamente ácido, con un corto resabio y cuerpo redondo. Vaya, démosle oportunidad otra vez a lo básico y guardemos para otro tipo de lugar la tercera ola del café. Además, no nos hagamos, hace tres años, ¿quién moría por un cold brew?

Karina, junto con su ayudante Ivette Gilbert –bióloga de profesión, fotógrafa y cocinera por convicción– hacen que Paraíso Social sea una “milonga sentimental”, tal como dicta un cuadro que adorna la pared. Ojo: que no te sorprenda el tono llano de las anfitrionas, es propio de su estilo argentino y español (donde Ivette vivió más de una década).

El diccionario dice que el paraíso es “el lugar donde las almas de los justos viven después de la muerte y donde gozan de felicidad completa”. De ser así, y ya que la felicidad debe oler a postre y café, este paradero es apto para nosotros, esos impíos buscadores de cafés que anhelamos un pase al cielo. 

Detalles

Dirección
Zempoala 80
Narvarte
México, DF
03020
Transporte
Metrobús Obrero Mundial
Precio
Consumo promedio por persona $150
Horas de apertura
Lun-vie 9:30am-6pm, sáb 9:30am-2pm
Publicidad
También te puede gustar
También te puede gustar