Es el restaurante número 31 de Latinoamérica, según The World’s 50 Best Restaurants 2019. Nicos tiene poco más de 60 años de existencia y tal parece que se pone mejor conforme pasa el tiempo. El chef Gerardo Vázquez Lugo y su madre, María Elena Lugo Zermeño, se han encargado de convertirlo en una mesa de primer nivel, que afianza sus raíces al mismo tiempo que su renombre.
No hay menú degustación, ni manteles blancos y largos en las mesas. El servicio es cuidado, pero no desmedido. La carta presenta platillos que todos conocemos de casa, pero elevados con montajes y técnicas modernas.
Una de sus mayores aciertos: recopila saberes culinarios de distintos estados de la república. Tienen una cecina de res crujiente de Guanajuato, pulpo enamorado acapulqueño, salpicón de res yucateco, ensalada César tijuanense, jaibas suaves de Huatape (Veracruz) o truchas michoacanas al epazote. También cuentan con menús especiales con ingredientes de Navidad, Año Nuevo y Día de Muertos.
Como la filosofía de Nicos regresa siempre a lo hecho en México, una parte importante del concepto son sus vinos y destilados nacionales. Lo mismo podrás encontrar opciones del Valle de Guadalupe, que cervezas artesanales que hacen en la CDMX y el Valle de México. Por lo mismo, los precios de este sitio son algo elevados. Pero lo valen.